Un techo bajo puede ofrecer posibilidades infinitas. Las curvas son una forma de trabajar el espacio, divertirse con ellas y liberarse de las limitaciones existentes.
Los interioristas utilizan las curvas en paredes y tabiques para dar nueva vida a los espacios pequeños. Lo mismo sucede con los techos, y un techo bajo en especial tiende a ser curvado y suave, perfecto para armonizar con una infinidad de elementos.
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Para separar dos habitaciones
Este pequeño departamento de 51 m², situado en la séptima planta bajo cubierta, fue diseñado por la arquitecta Pauline Borgia. En esta antigua sucesión de habitaciones de servicio, introdujo curvas para trabajar el espacio como ‘plastilina’ y liberarse de ataduras.
El primer tabique, en la entrada, ondula desde las regaderas hasta la cocina, creando un sensual juego de volúmenes.
Otro tabique curvo separa la recámara del estudio, cuya entrada está delimitada por una abertura de forma orgánica, al estilo de la entrada de una cueva revisitada.
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«El tabique cóncavo y la abertura de bordes redondeados permiten integrar un largo escritorio en forma de L que se desliza en la curva del tabique. Un truco arquitectónico que amplía visualmente la estancia. Ninguno de los dos espacios se siente pequeño cuando estás en él, ambos son cómodos».
Un tratamiento del espacio que confiere singularidad al departamento y que saca el máximo provecho de sus techos bajos creando un espacio sin divisiones.
Suavizar un techo inclinado
Este estudio de 25 m² de techo bajo ha sido rediseñado por la agencia Duny: solo se puede estar de pie en 19 m². Inspirándose en las claraboyas que se abrían al cielo, el arquitecto suavizó las rupturas típicas de los techos inclinados de la época creando paredes inferiores redondeadas: «Dejamos indiferenciados el suelo, el techo inclinado y el cielo raso para crear un gran tubo que sitúa el cielo en el centro. El hormigón encerado del suelo se prolonga con la pintura a la cal de las paredes, con una demarcación imperceptible entre los dos materiales. Las uniones entre el suelo, las paredes y los techos son redondeadas, creando un efecto de tubo que sitúa el cielo y las claraboyas en el centro».
Este es un consejo excelente cuando además de querer disminuir los techos bajos queremos crear un ambiente de tranquilidad y calma.
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Facilitar la circulación
Este espacio de 50 m² está situado en el norte de París, cerca del rastro de Saint-Ouen y del mercado Paul Bert-Serpette. La arquitecta Ariane Bromberger, del Studio Baha, se ha encargado de la renovación completa de este pequeño espacio con un bonito altillo. Se entra por un amplio pasillo central que conduce a la recámara, a la izquierda, detrás de un vestidor redondeado y, enfrente, a la derecha, a un cuarto de baño detrás de otro vestidor redondeado, ambos hechos a medida y acabados en laca blanca mate con tiradores integrados de roble oscuro.
«Esta circulación es importante porque teníamos que preservar los puntos de fuga y, estés donde estés en el departamento, dejar ver el volumen. Las curvas de los vestidores rompen la angulosidad del techo». Hay que tener en cuenta que la elección de colores, materiales y el mobiliario son también elementos muy importantes para aprovechar un departamento o propiedad con techos bajos.
La tarea más difícil siempre va a ser encontrar un equilibrio ideal entre tu bienestar, lo que deseas, tu presupuesto y lo que puedes hacer con el espacio que se te ofrece. Sin embargo, hay puntos clave para concentrarse y detalles importantes que hay que cuidar, una vez sentando estas bases, lo demás puede fluir de manera natural.