El triste suceso que enlutó a diversos sectores de la sociedad chaqueña fue una muerte nunca aclarada, ya que quedaron sembradas fuertes dudas sobre la causa del accidente. Hay que recordar que eran tiempos muy duros, con movimientos sociales en ebullición y la revolución de los jóvenes iban por un cambio de modelo, ya que salíamos de una fuerte dictadura militar.
xEl recuerdo de Héctor Norniella, a cinco décadas de su fallecimiento.
También, por aquellos años, se instalaba la extrema derecha con los servicios que nunca dejaron de estar. Aparecieron los primeros grupos de tareas, la triple A, con atentados a dirigentes y políticos allegados con el pueblo. Lo cierto es que Norniella, comprometido con el empuje de sus jóvenes 24 años, fue militante de la JP, de las Ligas Agrarias, profesor universitario y muchas cosas más. Mientras cumplía funciones para el Instituto de Colonización, recorría diversos parajes y chacras del Chaco adentro.
Mientras se trasladaba desde Tres Isletas por la ruta pavimentada nacional 95, a unos 38 kilómetros de Sáenz Peña, en el lugar conocido como Pampa Gallo -jurisdicción de Tres Isletas- a bordo de una F-100 chapa patente H-031014, encontró la muerte. Por causas nunca esclarecidas, el rodado mordió la banquina y dio varios vuelcos para quedar sobre la banquina, totalmente destrozado.
El cuerpo del conductor fue arrojado en una de las vueltas y quedó en las inmediaciones del vehículo, produciéndose su muerte en forma instantánea por los golpes recibidos. Conocido el hecho, en el seno de las Ligas Agrarias, directivos de la misma se trasladaron de inmediato al lugar, entre ellos Carlos Oriansky, también asesor del Instituto de Colonización del Chaco, acompañado por el doctor José María Cao y en una ambulancia se llevaron el cadáver del infortunado funcionario hasta Sáenz Peña.
Por su actividad y especulaciones que nunca fueron confirmadas, se decía que el vehículo en que viajaba sufrió la rotura del machón que conectaba a la caja de dirección. Una situación para nada habitual, pero que marcó la posibilidad de un atentado por su intenso trabajo social.
Nunca llegó a comprobarse, por lo que tampoco se iniciaron acciones judiciales, todo quedó caratulado como accidente por errores humanos. Una de las sospechas que quedó flotando fue que un chofer que habitualmente conducía el vehículo, se bajó del viaje el día anterior.
TESTIMONIO DE EL TERRITORIO
En su edición del 8 de noviembre de 1973 el diario El Territorio expresaba: «Particular sentimiento de dolor ha producido en el Chaco la imprevista desaparición de uno de sus jóvenes de quien era dable esperar trascendente proyección en el ámbito nacional. Nos referimos al Ingeniero agrónomo Héctor Raúl Jesús Norniella, que en el momento de su trágica muerte cumplía funciones de asesor de las Ligas Agrarias, en el Instituto de Colonización y, además, se desempeñaba en carácter de secretario de actas del Sindicato de Prensa de la Provincia del Chaco. Había nacido en Sáenz Peña hacía 24 años; a pesar de su juventud concretó tal cúmulo de tareas de diversa naturaleza, por propia elección, que asombraban por sus realizaciones y eficacia en el quehacer comunitario».
Sus inquietudes calaron hondo en la realidad social de nuestra provincia, a la que sirvió con todo el ímpetu de su fuerza joven y sus ideales, y podemos decir que su muerte prematura lo sorprendió en plena lucha. Iba a una reunión que debía mantener con agricultores del Chaco, a empaparse aún más de los problemas de nuestros colonos. «Yo soy un agricultor sin tierra», solía decir Norniella. Y no aspiraba a tener un auto, sino a tener un tractor, y hacer fructificar, con su esfuerzo, un pedazo de suelo chaqueño. Mente preclara y pureza de ideales caracterizaron a este compañero de las tareas periodísticas, de las gremiales, de las tareas todas que hablan de un sentimiento a flor de piel por el pueblo… Y como quien se ofrece, con generosidad, como era amado, despertó el aprecio y el afecto general.
ANTECEDENTES
Tras cursar los estudios primarios y medios en el Chaco, el ingeniero Norniella obtuvo su título profesional en la Facultad de Agronomía de la UNNE, mientras se desempeñaba como periodista en Diario NORTE. También fue becado por el INTA y se desempeñó, en el Consejo General de Educación. En 1971, mereció por concurso la ayudantía de la cátedra de fitopatología, en la mencionada Facultad, se desligó del diario «NORTE»; a principios de ese año y también de la corresponsalía de la revista «Así». Dictó la materia Economía y Trabajo en el Instituto de Cultura Popular de Reconquista (Incupo), donde también fue director del Centro de Educación Agrícola. Era muy conocida su actuación en los congresos de las Ligas Agrarias, donde su palabra encendida y sincera puntualizó deficiencias y originó fuertes aplausos. Sus criterios en lo social, político y económico lo llevaron a una activa militancia en el movimiento justicialista.
EL ACCIDENTE
A las 17.30 de ese fatídico día 6 de noviembre de 1973, sobre la ruta pavimentada nacional 95, a unos 38 kilómetros de Sáenz Peña, en el lugar conocido como Pampa Gallo, en la curva de Tres Lagunas, jurisdicción de Tres Isletas- la camioneta F-100, conducido por Norniella, soltero, tuvo un grave accidente que le produjo la muerte. El hecho dejó una dolorosa impresión en los medios locales y zonales, donde gozaba de particular respeto y estima. El fallecimiento de Héctor, conmocionó a la familia integradas por su madre Edelmira Pintos, sus hermanos Alfredo Humberto, Alicia María Luz y Omar Alberto, su abuela María C. Alonso de Pintos, tíos, primos y los cientos de amigos.
ADHESIÓN AL DUELO
Conocida la triste noticia de su deceso el velatorio se efectuó en el domicilio familiar, sito en Juan de Dios Mena 370 y el sepelio tuvo lugar al día siguiente. El Sindicato de Prensa del Chaco exteriorizó «el hondo pesar que embarga a la familia periodística por la trágica desaparición de uno de sus mejores dirigentes».s