La heráldica es el recuerdo de un hombre que tenía un sueño de una granja modelo, la realidad la está cimentando su hija Marysol Mielnichuk.
Una porción de tierra plena de vida. La diversificación de la producción es lo que alienta la esperanza de vida en este lugar. Un trabajo duro para una mujer que junto a sus empleados le puso el hombro al trabajo de campo.
Los días marcados a fuego. De esfuerzo, de cimentar el sueño; la productora cuenta «la idea es construir una granja modelo, en donde incluso escuelas agropecuarias vengan de visita, o alumnos de escuelas primarias y puedan tener una experiencia única, y más adelante que esta granja se convierta en un polo para experiencias turísticas rurales, lo que ahora está en boga, como el ecoturismo».
«Sufro cuando se corta una planta», acentúa Marysol y como es sabido toda nuestra zona ha sido víctima de grandes desmontes. Cuenta: «Estoy reforestando, con plantas autóctonas como algarrobo, quebracho blanco y guayacanes, porque yo recorro los campos y observarlos sin árboles me hace doler el alma». «Hace unos pocos años era un placer recorrer los campos todos repleto de árboles, me da mucha nostalgia ver muy pocos en pie».
«También me duele el despoblamiento rural, quizás por eso mismo estoy poniendo toda la energía en mi sueño, en mi granja, y el proyecto de construir una cabaña, esto es en memoria de mi padre, por mis sentimientos hacia su persona», relata Mielnichuk.
«Es un desafío y junto a gente que me ayuda día a día, la peleamos, ahora estamos abocados en la construcción de un pozo de agua, porque lo fundamental es tener agua», sostuvo.
«Tengo animales vacunos, gallinas ponedoras, caballo, ovejas y sobre todo un inmenso amor por los animales, así que los cuido todos los días, que vacunas, que pastos, y sobre todo agua con estos calores y control veterinario que es fundamental para un buen desarrollo».
Turismo rural
«Voy a apostar por el turismo rural, que las personas vengan a vivir un día o dos de campo, para sentir la naturaleza en su plenitud», proyecta Marysol y enumera «el campo tiene ese sonido lacónico del viento, golpeteando las hojas, el canto de las cotorras, el vuelo de las calacantes, el canto del cacuy al atardecer, de aves nocturnas y el canto de cientos de pajarillos al amanecer». «También estamos armando un grupo para fomentar las actividades y cooperaciones necesarias para impulsar el desarrollo de la economía de la familia rural».
Diversificar esa es la cuestión, plantea esta productora; «ahora tengo animales vacunos, un caballo, ovejas y gallinas» y acentúa «mi alma esta plena antes los desafíos, «en el campo me encantan las tormentas; pero amo los amaneceres cálidos de mi Chaco, con ese sol, que a veces es tan duro, pero también es tan nuestro», comentó.
El Chaco seco; opción para el ecoturismo
El atractivo turístico de grandes espacios verdes y aire puro para los numerosos visitantes temporales de la ruta nacional 16, camino ineludible entre Resistencia y Taco Pozo, y ruta obligada hacia Salta.
Antes podrán llegar hasta «Don Juan»; en donde los espacios verdes, el avistaje de flora autóctona y pájaros está garantizado. Todas las condiciones están dadas para el ecoturismo y turismo rural, lejos de las urbes y la contaminación ambiental. Libre de smog, solo se debe estar preparado para las altas temperaturas.
Observar el espacio con el cielo bañado de estrellas, a veces interrumpidos por el grito de un cacuy lejano y atajacaminos – Ianarca dirían los santiagueños que entienden Quechua – , la noche chaqueña se engalana trayendo un embrujo de cantos de grillos y chistidos de alguna lechuza. Noche de calma, leve viento norte.
Alienta Marysol: «el lugar será propicio para el acampe, reencontrarse con la naturaleza y en las noches disfrutar de las estrellas y vía láctea, ideal para la astrofotografía; también se podrá disfrutar de comidas típicas que se consiguen en la localidad, así como empanadas, chanfaina y tortas a la parrilla».
Señala Marysol «esta porción de tierra le permitirá a los potenciales turistas observar monos carayá ; a loros habladores en estado de libertad y otras aves de dificultad de observación como el Crespín y el Urutaú o Cacuy. Se podrá vivir la experiencia de ingresar al medio del monte por senderos y disfrutar el perfume suave de flores de las breas y los garabatos (arbustos típicos del Chaco seco)».
La vida fluye, la finca sigue apuntalando sus sueños de la mano de esta mujer chaqueña valiente y emprendedora en rubro un tanto complejo para una mujer, lo cual es elogiable desde todo punto de vista.