No se pueden suplir eternamente todos los errores y falencias simplemente con actitud, motivación y buenas intenciones. Los sorprendentes números del ciclo de Cristian Fabbiani en Newell’s, tras agarrar un equipo hundido, tuvieron su razón de ser principalmente en el cambio de mentalidad que el ‘Ogro’ logró imponer en sus dirigidos.
Sin embargo, aún con ese cambio de aire, el entorno lejos de mejorar empeoró, y la primera derrota de la ‘Lepra’ como local en la era Fabbiani llegó de la mano de un contexto caótico, con un equipo que además de luchar contra el rival tuvo y tiene que pelear contra sus propias limitaciones (de plantel, técnicas y tácticas), contra una floja gestión dirigencial incapaz de resolver los problemas que se genera y ahora, incluso, contra actitudes lamentables de algunos de sus propios futbolistas.
Newell’s perdió este domingo por 2 a 1 contra Banfield en Rosario, en un encuentro en el que, si bien pudo llegar a empatarlo sobre el final, termina encontrando justicia en el resultado en relación al desarrollo del juego.
Ya desde el armado del equipo el ‘Ogro’ padeció el lamentable mercado de pases realizado (a pesar de haber tenido 2 meses sin fútbol para gestionar), sin una opción de 5 que suplante al apuradamente vendido Tomás Jacob y teniendo que improvisar con Jherson Mosquera como carrilero por derecha ante la falta de un extremo que nunca llegó.
De la misma manera, en la delantera también se vio el desbalance entre el enorme amor propio de Carlos González, decidido a jugar tan solo horas después de sufrir la muerte de su padre, y la falta de compromiso de Darío Benedetto, decidido a no arriesgarse a jugar a pesar de ya estar en condiciones para hacerlo. Así, incluso, ante la lesión de Thiago Gigena, apareció en la convocatoria Ignacio Liberato, atacante de la sexta división.
La mayor falta de todas, sin embargo, fue la de Keylor Navas, quien decidió dejar plantado a sus compañeros a horas de un partido por segunda semana consecutiva, generando un malestar absolutamente innecesario y profundamente irresponsable, más aún proviniendo de alguien de su talla y trayectoria.
Con todo eso encima Newell’s salió a la cancha, y si bien en la primera fecha pudo reponerse a todas las adversidades y dar vuelta el partido ante Independiente Rivadavia, en este caso la actitud no fue suficiente para hacer frente a los problemas.
La ‘Lepra’ no pudo sentirse cómodo en ningún momento dentro de su esquema, ya que en defensa la falta de presencia de Sotelo (improvisado de 5, cuando es más interno) generó espacios que Banfield supo aprovechar desde el primer minuto, desacomodando también a la zaga en más de una ocasión, y en ataque Mosquera nunca se sintió cómodo en su función de carrilero por delante de Alejo Montero, lo que limitó a Newell’s a ser un equipo de movimientos predecibles.
Williams Barlasina, que por segunda semana consecutiva se enteró de su titularidad a horas de salir a la cancha, tuvo algunas muy buenas intervenciones a lo largo del primer tiempo, pero nada pudo hacer con un potente remate de Rodrigo Auzmendi luego de agarrar a la defensa mal parada. Previamente, el rival ya había avisado varias veces, incluso con un gol que fue bien anulado por offside.
Para la segunda parte, Fabbiani no resolvió la falta de presencia en la zona central del mediocampo pero sí reemplazó a Mosquera por otro jugador de características ofensivas como Giovanni Chiaverano, y con el rival más replegado Newell’s empezó a ganar terreno.
Un tiro libre de Éver Banega, acompañado por la fortuna de un desvío, le dio una alegría momentánea a la hinchada y la ilusión de poder remontar nuevamente un resultado a fuerza de empuje, pero la misma vía que le dio esperanza a la ‘Lepra’ fue la que se la quitó minutos más tarde, con un gran tiro libre de Auzmendi que se convirtió en el 1-2.
Con el resultado a favor, Pedro Troglio volvió a replegar a su equipo y el rojinegro volvió a ganar terreno, logrando tener varias chances claras para empatar el partido, como un remate de Chiaverano en el área que salvó estupendamente Facundo Sanguinetti.
No obstante, otro ejemplo de la poca profundidad del plantel y el desmanejo del mercado de pases se vio, precisamente, en los cambios, teniendo el equipo que salir a buscar el partido apelando a tres (de cuatro) jugadores menores de 20 años, de los cuales uno hizo su debut absoluto (Alejo Navarro) y otro apenas suma un puñado de partidos en Primera (Valentino Acuña).
¿Los refuerzos? Fabián Noguera recién llegó, Martín Fernández Figuera no dio el nivel y Gaspar Iñíguez no está en condiciones de afrontar 90 minutos competitivos.
Con dos meses tirados a la basura y el torneo empezado, a Newell’s le queda poco tiempo para solventar en el mercado de pases todo lo mal realizado hasta el momento. Un arquero, un cinco y un extremo son necesidades urgentes para un equipo que en pocas semanas ya debe afrontar un nuevo clásico y el importante partido de Copa Argentina, pero que además ya se encuentra atravesando un torneo en el que cada punto vale oro por lo corto del mismo.
Ejemplo de esto último es que el gran torneo realizado por Fabbiani el año pasado no alcanzó para clasificar a playoffs por el tiempo y los puntos perdidos con las malas seis primeras fechas, que condicionaron al resto del campeonato. Cada día vale oro para un equipo al que le queda mucho trabajo por hacer, aunque principalmente por fuera de la cancha: en el vestuario y en las oficinas.