Tras los recientes acontecimientos por la partida de Francisco, quien falleció el lunes a los 88 años, la película «Cónclave» se convirtió en tendencia, ya que su historia parece tener similitudes con la del Papa argentino que marcó un antes y un después en la Iglesia católica. Además, sus tramas también plantean interrogantes sobre quién podría ser su sucesor. El largometraje, dirigido por Edward Berger, está basado en la novela homónima de Robert Harris, publicada en 2016. Tanto el libro como la película narran el proceso de elección papal, ofreciendo una mirada al mundo cerrado y misterioso del Vaticano, con sus complejidades y maniobras detrás de la decisión que define a su máxima autoridad.
La historia comienza con la muerte repentina del Papa a causa de un paro cardíaco. Tras este hecho, los cardenales de todo el mundo se reúnen en el Colegio Cardenalicio para elegir a su sucesor. Aunque no se menciona el nombre del Sumo Pontífice fallecido, se lo describe como un hombre reformista de tendencias liberales, que llevó una vida alejada de la ostentación y promovió grandes cambios en la Iglesia. Era muy querido por la gente, pero cuestionado dentro del mundo clerical.
Harris, autor de la novela, reveló que comenzó a escribir esta novela luego de seguir los acontecimientos del cónclave que se realizó en 2013, cuando el Vaticano nombró a Jorge Bergoglio como nuevo Papa. Además, menciona a Juan Pablo II y la renuncia de Benedicto XVI, hecho clave que llevó a la elección del argentino. Aunque, negó que el Papa ficticio tenga relación con Francisco.
La trama muestra el proceso de los cardenales para elegir al nuevo Sumo Pontífice entre cuatro candidatos: Aldo Bellini, un estadounidense progresista que sigue la misma línea de su predecesor; Joshua Adeyemi, un nigeriano de orientación conservadora que se postula para ser el primer Papa negro; Joseph Tremblay, un canadiense conservador convencional; y Goffredo Tedesco, un italiano tradicionalista que cuenta con el apoyo del ala más conservadora de la Iglesia.
Pero, en medio de las preparaciones para la votación, el cónclave se ve sorprendido por la llegada de Vincent Benítez (Carlos Diehz), un cardenal mexicano nombrado “in pectore” por el difunto Papa unos meses antes de su muerte que esconde un gran secreto.
Tras mostrar el arduo proceso, que se ve envuelto en polémicas, acusaciones, “carpetazos” y corrupción, se revela quién es el nuevo elegido del Vaticano para comandar la Iglesia católica, en un giro de la trama que genera conmoción.
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En la historia, el personaje descubre su condición al ser atendido por médicos tras sufrir un atentado. Quiso renunciar, pero su antecesor rechazó su solicitud y lo nombró cardenal. Además, le habían asignado una cirugía de reasignación de género, pero este la canceló.
Finalmente, Lawrence guarda el secreto, y finalmente Benítez es presentado al mundo como nuevo Papa bajo el nombre de Inocencio. Un cierre que apela a una Iglesia católica más cerca del progresismo que del conservadurismo.
Si bien la novela y la película se toman atribuciones para ficcionar un hecho real, del cual se tiene muy poco conocimiento, hay quienes advierten que esta historia podría ser un presagio de los tiempos que corren.