Un crimen atroz, un periodista al límite y una telaraña donde se entrelazan violencia, narcotráfico y esoterismo. El video de un femicidio viralizado por sus perpetradores marca el comienzo de la historia de la novela policial Perversidad. Cuatro hermanos narcos, fanáticos de un culto son los responsables y el protagonista que es un periodista devenido en investigador da con ellos luego de seguir sus pistas.
Todo transcurre en una Rosario demasiado real, donde las esperanzas se disuelven entre sospechas y revelaciones inesperadas.
En el marco de la presentación de su último libro Perversidad que será este viernes 11 de abril a las 18 en la editora de la UNR (Urquiza 2050), el periodista y escritor rosarino Marco Mizzi brindó algunas precisiones de su segunda novela policial, que ya va por su cuarta edición. Acompañarán al autor Tomás Trapé y Juan Zárate.
“La novela cuenta la historia de un periodista, que hace las veces de detective, y se pone al frente de una investigación buscando a cuatro asesinos de una piba en el barrio gráfico de la zona oeste de Rosario. Estos cuatro pibes que asesinaron a la piba son narcos y desde el primer capítulo se empieza a insinuar que son medios satanistas”, expresó en diálogo con Conclusión el escritor rosarino Marco Mizzi,
“El periodista se sumerge en una investigación buscando el rastro de estos cuatro asesinos. Y a partir de ahí es el argumento que funciona como disparador, que se dan una serie de distintas situaciones atravesadas por ese crimen principal, pero como dice el nombre, por otras perversidades, capaz no tan perversas como la violación y el asesinato de una piba, pero sí, igual de perversas”, detalló el joven periodista que está radicado en la localidad de La Paz, ubicada en el valle de Traslasierra, provincia de Córdoba, casi en el límite con San Luis.
Marco Marcelo Mizzi es trabajador de prensa y comunicación. Actualmente es asesor en el Congreso de la Nación. Fue miembro de la redacción de Revista Apología, y de las cooperativas editoriales Tercer Mundo y Pesada Herencia. En 2010 dirigió la sección de Cultura en el portal de noticias DiarioRegistrado.com; entre 2014 y 2016 el suplemento juvenil del semanario Miradas al Sur; entre 2019 y 2022 la sección Santa Fe de Revista Panamá; y entre 2022 y 2023 el newsletter Uganda. Publicó varios folletines de poemas y cuentos, y la novela City Center (Pesada Herencia, Rosario, 2017). Perversidad (cuya primera edición salió en 2020 por Eloísa cartonera) es su segunda novela.
-Si bien tu último libro está ambientado en la actual Rosario del siglo XXI, convengamos que en la primera mitad del siglo XX a Rosario se la conoció como “La Chicago Argentina”, con grandes mafiosos como Chicho Grande, Chicho Chico, Agatha Galifi. ¿Hay algo de eso a nivel inspiración, más allá de que sean diferentes tiempos?
Sí, sí. Rosario nace como una ciudad criminal de por sí porque no tuvimos fecha cierta de fundación, esto del tricentenario, algunos historiadores lo podrán discutir más o menos, pero básicamente es una mentira. No tenemos 300 años de historia bajo ningún punto de vista. Podemos llegar a tener 200. Y en esos 200 no hubo un acta de fundación, esto fue una posta de camino siempre. Y como cualquier posta de camino, cruce de fronteras y de lugares, hay lugar para el crimen.
-Antiguamente conocido como “Pago de los Arroyos”
Claro, el Pago de los Arroyos era una posta entre el Camino Real y Buenos Aires. Entonces siempre ha tenido, y desde que somos ciudad, ciertamente, no de estos 300 años, sino con fecha, que es la época de Urquiza, este era un nodo de contrabandistas. Y después pasó a ser un nodo de contrabandistas, pero de personas, en la época del siglo XX, con la trata de Blanca, la Zwi Migdal, la mafia. Y después hubo un interregno en el medio, que podemos hablar de eso, que fue cuando Rosario fue la capital del peronismo, pero que duró muy poco, porque enseguida otro ciclo de violencia grande, esta vez política, sacudió la ciudad, y por eso acá la represión, tanto en el 55 como en el 76, fue muy fuerte. Y después es lo que tenemos ahora. Pero siempre la historia de la ciudad está signada por la violencia y el narcotráfico, o el tráfico, mejor dicho, en este caso ahora es narcotráfico, pero siempre tiene que ver con los contrabandistas, delincuentes, prostitutas, choros, estafadores, excepto ese interregno muy cortito en el que fuimos la capital del peronismo, y ya sabemos cómo terminó.
-Perversidad es tu segunda novela policial, la anterior es City Center, y también aborda, en cierto punto, cuestiones turbias, por llamarlo de alguna manera
Sí, a mí lo que me gusta del policial es que es un vehículo para poder hablar de un montón de cosas, en las que una novela capaz más costumbrista, o incluso ya de fantasía, no te permite. Yo por oficio soy periodista, y el policial me permite desplegar algunas herramientas del periodismo buenas, como son la observación, la escucha del otro. Hay fragmentos de la novela que directamente son crónicas, en el sentido de que lo que está ficcionado es el marco en el que el protagonista narrador cuenta eso, pero son hechos completamente verídicos.
Yo por oficio soy periodista, y el policial me permite desplegar algunas herramientas del periodismo buenas, como son la observación, la escucha del otro.
Por ejemplo hay una que él va caminando por Tablada, y vive un par de situaciones allí, y eso es una crónica. Me pasó en serio, y las descripciones son de lugares y de sitios reales, los diálogos que tiene el protagonista ahí son los que tuve yo, entonces el policial te permite jugar un poco con la crónica y la ficción, y ese juego entre realidad y ficción que existe todo el tiempo, permite que el lector nunca sepa si ‘esto es sanata o le pasó de verdad al autor y lo está metiendo’, y me gusta jugar con ese juego entre realidad y ficción, porque también rompe un poco la idea de que la realidad sólo hay una forma de contarla, que es la lisa y llana del periodismo, una verdad objetiva, y me parece que es divertido mentir un poco.
-Me vienen algunos autores del género policial a la memoria, como Sir Arthur Conan Doyle con Sherlock Holmes, también los célebres cuentos de Agatha Christie, Edgar Allan Poe…
Edgar Allan Poe fue quien lo inventó el policial. Y no es casualidad que el policial nazca de la mano del mismo tipo que inventó el terror, o sino lo hizo, fue el que le dio forma final. Inventó dos de los tres géneros, a mi parecer, que a mí me gusta: la literatura de género. Yo creo que nadie que escriba o que lea, pueda eludir a Poe.
-Tiene innumerables obras: El Pozo y el Péndulo, William Wilson, Corazón Delator, cuento con el que Cerati se inspiró y compuso la canción homónima con Soda Stereo, El Cuervo…
También El Escarabajo de Oro, que mezcla el terror con el policial, porque termina siendo una resolución policial, pero sí, creo que Poe, es ineludible, porque también junto a Homero, Virgilio, Dante y Borges conforman el quinteto ideal de la literatura de toda la historia, de todos los tiempos.
-También abordó el género Borges
Sí pero después hay toda una escuela, de policial que todos conocen, porque Sherlock Holmes, más conocido, y Agatha Christie, también sigue eso, pero como que en la jerga del género, se dice, “who done it” (quién lo hizo), que son policiales en lo que lo importante de la narración, es averiguar quién hizo el crimen, quién lo cometió, o por qué, los motivos, siempre hay una pregunta girando. A mí me gusta ese policial, pero la verdad que se necesita mucho talento, del que no tengo, para poder escribir así, como escribía Conan Doyle, que me parece increíble.
El policial te permite jugar un poco con la crónica y la ficción
Y hay otra escuela del policial, en la que no importa tanto quién lo hizo, el crimen, ni cuál es el crimen, sino que el policial te permite desplegar, esto que te comentaba antes del periodismo, en el caso mío, pero un montón de historias, y de excusas, para poder tratar, reflejar una época, contar un lugar. A mí en ese sentido me gusta más, que ese capaz conocido, por el nombre de Raymond Chandler, y también Dashiell Hammett, que me parece que es increíble. Este autor tiene un libro muy famoso, que se titula Cosecha Roja. Lo recomiendo si no lo leyeron. Se trata de un detective al que llaman, para tratar de disolver una huelga minera en un pueblo y la excusa en sí, de por qué el detective llegó al pueblo, no es tan importante, como contar cómo es ese pueblo minero, en la rocallosa de Estados Unidos, como si tuviera un pueblo en La Rioja. Te muestra la descomposición, de la ciudad minera esa, y te despliega unos personajes, que está bueno. Y el policial en realidad, en este caso, te permite desplegar todas esas herramientas, en las que en otro relato no podría, porque a mí por ejemplo, el policial, la historia pasa desde el barrio Quom, de zona sudoeste, de aborigen argentino y Ruillón, en una punta de la ciudad, hasta en Puerto Norte. A mí el policial este (Perversidad), me permite hablar de Rosario, y la ciudad en sí.
El libro policial Perversidad de Marco Mizzi se presentará el viernes 11 de abril a las 18 en la Librería Universitaria de UNR Editora en Urquiza 2050 (entre Moreno y Balcarce). Acompañarán al autor Tomás Trapé y Juan Zárate.