Al sobrellevar una dolorosa inflación, con los ingresos ajustados y el consumo en constante aumento, la tarjeta de crédito puede convertirse tanto en una aliada como en una trampa. Si no se usa con cautela, es fácil caer en la tentación de gastar más de lo que se puede pagar, generando deudas difíciles de controlar. Sin embargo, la clave está en utilizarla de manera inteligente, para mejorar el historial crediticio y evitar el pago innecesario del mínimo. Pagar solo el mínimo no hace más que incrementar los intereses y alargar la deuda a largo plazo.
Al gestionar los pagos de forma adecuada y mantener un buen puntaje de crédito, se incrementan las posibilidades de acceder a condiciones más favorables en futuros préstamos o créditos. Esto, a su vez, aumenta la confianza de las instituciones financieras, lo que facilita obtener recursos adicionales cuando se necesiten. El desafío radica en ver la tarjeta de crédito como una herramienta financiera útil y no como un salvavidas momentáneo. Al adoptarla con disciplina y planificación, se puede aprovechar para mejorar la salud financiera a largo plazo, sin caer en la trampa de la deuda creciente.
La influencer conocida como @medicuenta_ en redes sociales, que se dedica a divulgar contenido educativo sobre economía cotidiana, publicó un video donde explica su propio método para pagar la tarjeta de crédito de manera eficiente. Según afirma, con organización y ciertos cambios estratégicos se puede mejorar notablemente la relación con el dinero, incluso cuando los ingresos no son tan altos.
El problema de pagar solo el mínimo de la tarjeta de crédito es que, aunque puede parecer una solución temporal para quienes llegan a fin de mes sin margen para cubrir el total, en realidad termina generando intereses elevados y una espiral de deuda difícil de frenar.
Muchos usuarios no son conscientes de que este hábito no se debe tanto a la falta de dinero, sino a una mala administración de los recursos disponibles. Al optar por el pago mínimo, se acumulan intereses que incrementan el saldo de la deuda, prolongando el proceso de pago y dificultando la recuperación financiera.
“El problema no es que no puedas darte gustos, sino que no estás manejando tus finanzas de forma estratégica”, señala. Para evitar caer en esta trampa, propone una serie de consejos que apuntan a un uso más consciente de la tarjeta, enfocándose en el ahorro y la mejora del puntaje crediticio.
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El primer consejo de la especialista apunta a algo que muchos desconocen: la posibilidad de elegir la fecha de corte de la tarjeta. Esto resulta clave para planificar los pagos con base en el momento en que recibís tus ingresos. “Si cobrás el 15 de cada mes, entonces pedí que la fecha de corte sea ese mismo día. Así siempre vas a tener el dinero disponible para pagar y no te va a sorprender un vencimiento sin respaldo”, explicó. Esta simple acción puede marcar una gran diferencia a la hora de organizarse y evitar atrasos.
Otro de los trucos que reveló la influencer es el método 15/3, utilizado por quienes buscan optimizar su perfil financiero. Este sistema consiste en dividir el pago del resumen en dos cuotas mensuales: una parte se paga 15 días antes de la fecha de corte, y la otra, tres días antes de esa misma fecha. “Esto no solo te ayuda a reducir el nivel de endeudamiento percibido por las entidades financieras, sino que también mejora tu score crediticio”, asegura.
Al fraccionar los pagos, se muestra un uso controlado del crédito disponible, lo que genera una mejor imagen ante los bancos y otras instituciones. Además, recomienda anotar estas fechas en el calendario personal y activar recordatorios para no olvidar ninguno de los plazos.
Para la especialista, el error más común es usar la tarjeta como un salvavidas financiero cuando no se llega a cubrir los gastos del mes. En cambio, propone considerarla como un medio de pago más, igual que el efectivo o una transferencia.
También remarca que un uso disciplinado de la tarjeta puede abrir puertas a otros tipos de financiamiento a futuro, como préstamos personales o créditos hipotecarios, gracias a un perfil más sólido.
Ahorrar e invertir es un objetivo posible, incluso para quienes creen que no pueden hacerlo porque «no les alcanza». La especialista enfatiza que, con una administración consciente del dinero, es posible empezar a separar una parte cada mes. “El primer paso para ahorrar es saber en qué se va cada peso. Luego, el ahorro deja de ser una utopía y se convierte en una decisión”, explica.
La clave está en la planificación y el compromiso con tus propias metas financieras. Al tener claro hacia dónde van tus recursos y ajustar tus gastos, el ahorro se vuelve alcanzable, transformándose en una práctica constante y no en un sueño lejano.