Un cliente adquirió este martes cinco pizzas en un negocio gastronómico de la ciudad cordobesa de Jesús María, y al comenzar a comer, se llevó una impactante y peligrosa sorpresa. Al morder su porción, encontró un clavo de acero negro, grande y filoso, lo que le provocó una lesión en la boca, representando un grave riesgo para su salud. Al regresar al lugar para que los responsables dieran una explicación por esta situación, se encontraron con la desagradable respuesta de desligarse de toda responsabilidad y de negarse a devolver el dinero.
Más allá de la pérdida económica, lo que más indigna es la falta de empatía y responsabilidad de la pizzería frente a un hecho tan serio, que pudo haber causado un daño mayor. «¿Cómo es posible que un clavo termine en una pizza? ¿Qué clase de medidas de seguridad e higiene maneja este local?», cuestionaron los vecinos al diario local El Despertador.
Ante la falta de respuestas concretas y la negativa a un reembolso, los afectados pusieron en cuestión la seriedad y el compromiso del establecimiento con la salud de sus clientes. Vecinos de la localidad señalaron que este lamentable episodio genera una gran preocupación sobre la seguridad alimentaria en el negocio, poniendo en evidencia la urgente necesidad de implementar controles más rigurosos para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro. Este incidente resalta la importancia de garantizar estándares de calidad y seguridad en los servicios gastronómicos para proteger a los consumidores.

