El Mundialito de Arteaga, un certamen de fútbol infantil realizado en el club Alianza de la localidad santafesina en el que participan equipos de todo el país en diferentes categorías es uno de los torneos de menores más antiguo y federal de Argentina. En la última edición, celebrada en enero pasado, convocó a cerca de cien combinados de distintos rincones.
Este año, un equipo de Casilda consiguió imponerse en la categoría 2010. Lo particular es que el combinado campeón surgió de “El Potrero”, un proyecto social que se lleva adelante desde 2014 y que apunta al deporte como forma de inclusión social. Juegan al fútbol y después se les proporciona una merienda.
Ahora, esos chicos que desde hace unos años comparten sus tardes en una cancha de tierra de Casilda se consagraron campeones.
“Lo único que teníamos nosotros era esta cancha. Entrenábamos a las 14 con un calor tremendo porque era el único horario en que yo podía. Teníamos una sola pelota para unos treinta chicos. Tampoco teníamos camisetas. Eso hace que sea más lindo salir campeón. Los chicos trajeron su premio”, contó Rubén ‘Chubi’ Otarola, quien lleva adelante el proyecto y en el torneo ofició como director técnico.
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El Potrero: un oasis de tierra
Para participar debieron vender rifas con el fin de costear el costo de inscripción y el traslado. Tampoco contaban con camisetas, pero a dos días de iniciar el torneo una persona de Arteaga les donó las camisetas, a las que le cosieron los escudos. “A veces no hace falta nada más que ganas para conseguir lo que uno quiere”, detalla Otarola en diálogo con Conclusión.
La realidad de los chicos del El Potrero contrastaba fuertemente con muchos de los equipos que debieron enfrentar. “Todos los otros equipos tenían jugadores de Central, Newell’s, San Lorenzo. Son planteles muy entrenados, con técnicos y ayudantes”, mencionó. Mientras que por el lado de El Potrero, el “DT” contó que “vinieron algunos chicos de Pujato y de Fuentes, chicos del barrio y algunos clubes de acá”.
El trofeo no fue el único premio que consiguieron, ya que luego de salir campeones, fueron invitados a jugar un amistoso contra la 2010 de Vélez Sarfield en Buenos Aires. “Vamos a pasear un poco”, comenta riendo el hombre. Al tiempo que, a su vez, hay chicos a los que los llamaron para probarse en Independiente. Ahora, en marzo, el próximo desafío será un torneo ‘Trinche Carlovich’ en Bigand.
Si bien, Otarola remarca que nunca le interesó salir campeón porque “ganar es lindo, pero lo más importante es que los chicos tengan algo para hacer”, lograr el torneo “fue una emoción tremenda”.
“A veces uno tiene poca fuerza, pero junto con mi familia y los padres que nos apoyan sacamos esto adelante. Los padres y la gente que nos compró números también nos ayudaron mucho”, agradece el formador.
“Éste es un lugar de integración, inclusión. Hay chicos que no tienen cosas materiales y otros que sí. Pero acá rueda la pelota y son todos iguales. El problema antes era la droga, ahora se suma la tecnología. El chico está muchos tiempo con el celular. Acá lo dejan por un rato”, cuenta ‘Chubi’ mientras relata una guerra de barro entre los chicos.