Tras la audiencia imputativa en la que fue acusado Agustín L.G., el conductor que atropelló a la familia cordobesa a más de 120 kilómetros por hora, ocasionando la muerte de una madre y su hija adolescente, y lesiones en la hija menor de 6 años, las fiscales que llevan adelante la acusación, afirmaron que el testimonio de la joven que iba como acompañante fue clave para la investigación y para que la jueza aceptara la calificación de homicidio simple con dolo eventual. Pero, ¿qué fue lo que relató?
Giovanna R. tiene 20 años y, tal como señalaron las funcionarias judiciales, Valeria Piazza Iglesias y Mariana Prunotto, no sólo es considerada testigo en la causa, sino víctima, ya que también resultó lesionada y está internada.
En su declaración, la joven negó tener una relación con el imputado y contó que se habían conocido hacía solo un par de semanas, durante las vacaciones de este año, en Mar del Plata y remarcó: «No soy novia, ni amiga, soy conocida»
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“Me pasó a buscar por mi casa en el 206 gris. Yo estaba con una amiga. En el auto también estaba un amigo de él. Nos fuimos a la Florida, pagamos el cruce y fuimos a un parador. Volvimos a las 20 con la última lancha», relató sobre ese día.
“Dejamos al amigo, después a mi amiga y desde ahí fuimos a la casa de él para que pueda sacar a pasear su perra y nos íbamos para mi casa. Agarró Circunvalación y Belgrano. Y casi llegando al Monumento le pregunté por dónde iba a agarrar y me dijo que por Avellaneda. Siguió, pasó por el Monumento, y cuando llegamos al túnel se escucha una moto, fuerte, que nos pasó. Entonces él grita: ‘Negro de mierda’. Lo gritó con el vidrio bajo, asomado por la ventana», dijo y detalló que fue por la mitad del túnel.
Era una «moto negra, grandota con una persona robusta a bordo, que circulaba sin patente», recordó, y agregó que desde ese momento el acusado comenzó a perseguirlo, acelerando a toda velocidad y zigzagueando entre los otros vehículos.
«No lo miré en ningún momento, solo le grité que parara, todo el tiempo y ahí fue cuando chocamos, me apretaba mucho el cinturón, me lo saqué, tenía vidrios en el auto y salí del auto. Llamé a mi mamá y pedí el número de su mamá para llamarla, él nunca se preocupó por mi», declaro la joven.
«El testimonio de ella ha sido fundamental», apuntó Mariana Prunotto. «Encuadra perfecto dentro de la calificación de homicidio simple con dolo eventual. Porque cuando él empieza a acelerar, después de la gresca que tuvo en el túnel, ella le dice ‘pará, pará, pará, que nos vamos a matar’. Él hace caso omiso, eso es clave. Estaba ciego y sordo también. No respondió absolutamente nada. Y esa frase que ella dice en la declaración fue clave, porque más allá de que nosotros, con toda la evidencia objetiva, ya estábamos convencidas que era dolo eventual, la declaración de la acompañante es lo que nos hizo determinarlo de modo concluyente», explicó la funcionaria judicial.
También la fiscal Mariana Prunotto hizo hincapié en los dichos de Giovanna R. «Esto es muy importante, la declaración de la acompañante coincide con parte de la declaración de Diego García (el padre y marido de las víctimas fatales). Obviamente, no tuvieron contacto entre ellos. Y el papá, en una parte, declara, que él lo ve al auto, pero que el auto como intenta encerrarlo, o sea, lo que ocurría es que estaba persiguiendo, estaba encerrando la moto y la moto se corre, entonces él vuelve a intentar hacer una maniobra, por eso nosotros en la imputativa decimos maniobra zigzagueantes, y después, como no lo puede encerrar, porque la moto también iba rápido y eso no se discute, derrapa y se sube a la vereda terminando de impactar contra las víctimas».
A Agustín L. G. le achacaron los delitos de homicidio simple con dolo eventual agravado y lesiones. Quedó detenido en prisión preventiva.