Una adolescente de 14 años, identificada como Melody, falleció en la madrugada del domingo tras recibir un balazo en la cabeza durante una fiesta clandestina en Villa La Iapi, en la localidad bonaerense de Bernal Oeste, partido de Quilmes. El trágico hecho tuvo lugar en una vivienda donde, según diversas publicaciones en redes sociales, se realizaban con frecuencia «juntadas» o fiestas a cambio de una entrada de $500, además de la venta de bebidas alcohólicas.
De acuerdo con las primeras informaciones, la celebración terminó en una batalla campal entre varios adolescentes, durante la cual se escucharon disparos. En medio del caos, Melody fue alcanzada por un proyectil en la cabeza y murió casi en el acto. Testigos relataron que la situación se descontroló rápidamente, con corridas, gritos y violencia generalizada.
Tras el incidente, algunos asistentes llamaron al 911 y personal del Comando de Patrullas de Quilmes, junto a una ambulancia del SAME, acudió al lugar. La joven fue trasladada de urgencia al Hospital Iriarte, donde los médicos confirmaron su fallecimiento, pese a los esfuerzos por reanimarla.

El hecho derivó en un operativo policial a cargo de la Comisaría 7° de Quilmes y de la Fiscalía del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, perteneciente al Departamento Judicial local. Las autoridades buscan reconstruir la secuencia de los hechos, identificar a quienes portaban armas y determinar con precisión quién disparó el proyectil mortal. Hasta el momento, varios adolescentes fueron demorados y se encuentran analizando cámaras de seguridad de la zona y publicaciones en redes sociales que podrían aportar elementos clave para la investigación.
Durante la madrugada, continuaban las declaraciones a testigos y se procedió al secuestro de teléfonos celulares con el fin de revisar audios, mensajes y videos que circulaban en redes. Paralelamente, la policía está revisando grabaciones de cámaras de seguridad públicas y privadas ubicadas cerca de la vivienda, con el objetivo de rastrear movimientos de los asistentes antes, durante y después de la fiesta, así como identificar vehículos sospechosos que hayan abandonado el lugar poco después del crimen.
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Según la familia de la víctima, muchas personas habrían presenciado los hechos, pero existe un fuerte temor a represalias y una falta de confianza en las autoridades, lo que dificulta la obtención de testimonios clave. En paralelo, la familia inició una colecta en redes sociales para poder afrontar los gastos del sepelio.
El caso generó conmoción en el barrio, donde vecinos reclamaron más controles para evitar este tipo de fiestas que —según denunciaron— «son habituales y sin ningún tipo de supervisión».
Un antecedente trágico en Quilmes
En una muestra de la peligrosidad que implica que menores de edad vayan a fiestas para mayores, Qjuilmes tiene otro trágico antecendente a la muerte de Melody. Se trata del asesinado de Camilo Isabella Valenzi, que falleció el últomo fin de de semana de agosto pasado luego de asistir al boliche Club XXI, ubicado en la localidad bonaerense de Quilmes Oeste. La tragedia generó un profundo impacto en la comunidad local y abrió un fuerte reclamo de justicia por parte de su familia, que sostiene que el joven fue agredido dentro del local.
El hecho ocurrió luego de que Camilo lograra ingresar al boliche de la Avenida Calchaquí 4340 utilizando el DNI de un amigo mayor de edad, una práctica tristemente común entre adolescentes que buscan sortear los controles de ingreso a locales nocturnos.

Según fuentes policiales, el joven se descompensó dentro del establecimiento y fue trasladado de urgencia al Hospital Evita Pueblo de Berazategui, donde lamentablemente llegó sin vida.
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La familia de Camilo cuestiona la versión oficial y sostiene que la muerte no fue producto de una simple descompensación. Por el contrario, apuntan a una posible agresión como causa del fallecimiento. Según expresaron, Camilo habría tenido una discusión con la persona que le facilitó el documento y, tras ello, habría sido golpeado.

Esta hipótesis toma fuerza con un dato médico relevante: el adolescente padecía convulsiones que podían desencadenarse ante un fuerte susto o un golpe, lo que podría haber contribuido a su repentina muerte.
La causa está en manos de la fiscal Sandra López, de la UFI N°2 de Berazategui, quien ya ordenó realizar una autopsia para determinar las causas exactas del deceso. Mientras tanto, la investigación sigue su curso y la justicia busca establecer responsabilidades.