El Senado aprobó este jueves la ley de financiamiento para las universidades públicas con 58 votos afirmativos, 10 negativos y 3 abstenciones.
La norma garantiza la actualización de los salarios docentes y no docentes en función de la inflación medida por el Indec, además de la convocatoria obligatoria a paritarias cada tres meses.
Es dable recordar que el presidente Javier Milei adelantó que vetará la iniciativa impulsada por la oposición, como ya lo concretó con las propuestas de aumento a las jubilaciones y de emergencia en discapacidad.
Tras sancionarse la ley de financiamiento universitario, la Cámara alta trata la emergencia pediátrica, otro proyecto con media sanción de Diputados.
La propuesta prevé la asignación prioritaria de recursos para insumos críticos, medicamentos, infraestructura y personal esencial destinado a la atención pediátrica, con el Hospital Garrahan como emblema del reclamo.
El texto también incluye la recomposición salarial del personal de salud y residentes, con una cláusula que asegura recuperar el poder adquisitivo perdido desde noviembre de 2023, además de la eximición del pago de Ganancias para horas extras y guardias críticas.
Votaron en contra del financiamiento universitario Ezequiel Atauche, Juan Carlos Pagotto, Bartolomé Abdala, Vilma Bedia, Ivanna Arrascaeta y Bruno Olivera Lucero de La Libertad Avanza; el formoseño Francisco Paoltroni; el misionero Martín Goërling Lara; la cordobesa Carmen Álvarez Rivero; y la santafesina Carolina Losada.
Debate
El debate por el proyecto arrancó cerca de las 18, luego de que el cuerpo legislativo rechazara decretos delegados y un decreto de necesidad y urgencia dictados por Milei y los dejara sin efecto, ya que corrieron la misma suerte en la Cámara de Diputados.
Para la senadora Alejandra Vigo la universidad pública “argentina es parte” de la “propia identidad nacional y defenderla es una decisión de futuro”. “Acompañamos este proyecto como parte de una estrategia mayor y garantizando que nunca más se discuta la educación en términos de ajuste”, destacó.
“Estos recursos que debieran ser elementales para el desarrollo y el futuro, evidentemente no se están produciendo; entonces es muy importante que quienes estamos convencidos mostremos nuestro compromiso inclaudicable”, sostuvo, agregando que “este proyecto que estamos tratando fija la recomposicióin de las partidas para el período mayo-diciembre 2024, según el IPC, y para este año mantiene el mismo criterio de actualización en forma bimestral. Algo que es absolutamente necesario, lógico y coherente”.
El radical Martín Lousteau afirmó que no “hay nada que te pueda dar el Estado que transforme tanto la “vida” de una familia “como la educación universitaria”. “Hoy, los docentes buscan otra actividad para complementar, dejan la docencia o se van a universidades privadas”, agregó.
“Es un Gobierno que atacó sistemáticamente las universidades. Primero dijo que la educación pública era adoctrinamiento, que había estudiantes fantasmas, las auditorias”, criticó el radical.
“Los salarios docentes perdieron el 30% del poder adquisitivo, 3 de cada 10 pesos que tenían para vivir en el 2023. Hoy están por debajo del 2002 en términos de poder adquisitivo. Nunca habían caído tan bajo”, alertó el congresista.
A pesar de votar a favor, el senador Juan Carlos Romero, de buen vínculo con el oficialismo, dijo que el proyecto “está sesgado, en medio de una campaña electoral” y consideró que fue un “problema que se podría resolver o con un presupuesto o con una paritaria”.
El oficialista Ezequiel Atauche, sostuvo que “la educación pública universitaria es una prioridad para este Gobierno”, y remarcó que “cuando nosotros llegamos al gobierno, nos encontramos con que había muchos niños que no sabían leer, que no comprenden texto”, y aseguró que “nos hemos encargado con preocupación de empezar a sacar a los niños de esa situación”.
Afirmó que “uno de cada 10 niños no saben leer, en los niveles socioeconómicos más bajos uno de cada 5 niños no saben leer; uno de cada dos no puede comprender textos; y todos estos datos ponen en evidencia muchos años de malos manejos de la educación en este país”.
Sostuvo que “se utilizaron nuestras aulas como lugar de lavado de cerebro y disputa ideológica”, y dijo que el Gobierno “empezó rápidamente a invertir en alfabetización, y nos pusimos también a sacar las ideologías de adentro de la educación. Ideologías que venían envenenando las mentes de nuestros niños y jóvenes”.