El reciente lanzamiento de la campaña de Javier Milei para las elecciones provinciales del 7 de septiembre desató una fuerte polémica, utilizando el eslogan “Kirchnerismo Nunca Más”, el presidente y varios candidatos de La Libertad Avanza (LLA) inauguraron su carrera electoral en la provincia de Buenos Aires, provocando el rechazo inmediato de la oposición.
Acompañado por dirigentes del PRO y la LLA, Milei eligió Villa Celina, un barrio popular de La Matanza, para marcar el inicio de su campaña, donde el uso de esta consigna histórica provocó la furia de varios sectores políticos y sociales.
El eslogan “Nunca Más” ha sido históricamente asociado con la denuncia y repudio al terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico-militar, utilizado inicialmente por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep). En este contexto, la frase no solo representa el repudio a la represión, sino también una memoria colectiva de lucha por los derechos humanos.
La oposición no tardó en reaccionar. La diputada de Unión por la Patria (UxP), Victoria Tolosa Paz, consideró que la utilización de esta frase no es una mera provocación política, sino una «afrenta a los organismos de Derechos Humanos, a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y a la memoria histórica del pueblo argentino». En sus redes sociales, la legisladora calificó la acción como un acto de «banalización del dolor» y un «cruce inadmisible de límites», señalando que Milei jugó con una consigna sagrada para hacer campaña.
Por su parte, el diputado Esteban Paulón, de Encuentro Federal, expresó «Hacer campaña banalizando una causa democrática tan sentida es inaceptable frente a nuestra historia más dolorosa. No se juega con la memoria de un pueblo que le dijo Nunca Más al terrorismo de Estado«.
El cuestionamiento no se limitó a los actores políticos, ya que desde los sectores sindicales también se alzaron voces críticas. Daniel Catalano, secretario general de ATE Capital, afirmó que el uso del «Nunca Más» en este contexto no solo desvirtúa su significado, sino que también refleja «la violencia y la polarización» generada por la alianza entre LLA y el PRO.
En una línea similar, la ex titular de la ANSES, Fernanda Raverta, arremetió contra Guillermo Montenegro, intendente de General Pueyrredón, quien también participó de la campaña, criticando su posición frente a la utilización de esta consigna. “La humillación a la que lo somete Karina Milei es total”, expresó Raverta, quien además cuestionó la gestión de Montenegro y la falta de servicios básicos en su municipio.
A pesar de las críticas, el presidente Milei defendió la campaña, argumentando que la frase «Kirchnerismo Nunca Más» no tiene el objetivo de atacar a las víctimas del terrorismo de Estado, sino de repudiar la corrupción y las políticas del kirchnerismo. Sin embargo, la controversia parece lejos de calmarse, y la decisión de utilizar un tema tan sensible como bandera de campaña podría seguir generando tensiones tanto en la política como en la sociedad argentina.
Este episodio resalta no solo la polarización política del país, sino también las diferencias sobre el manejo de la memoria histórica. Para muchos, el «Nunca Más» es un valor que va más allá de la política y no puede ser instrumentalizado para fines partidarios.