Llega el 1 de agosto, Día de la Pachamama o de la Madre Tierra, y, con él, el ritual de la caña con ruda. La tradición indica que esta bebida debe ingerirse en ayunas para atraer salud y alegrías y espantar la mala suerte y los malos augurios. Sin embargo, la ceremonia varía según las diferentes culturas.
Lo único invariable es que la bebida se toma en ayunas. Algunos ingieren siete sorbos, otros tres tragos y, los más osados, un vaso. Asimismo, algunas culturas miran al este durante el ritual, mientras que otras no tienen en cuenta la posición.
Una mujer oriunda de Bolivia, quien actualmente reside en Rosario, explicó que en su país natal el ritual es completo: no sólo se bebe la caña con ruda, sino que también se le convidan alimentos a la tierra, en señal de agradecimiento.
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“Primero hacemos una abertura en la tierra, para poder enterrar los alimentos. Acá tenemos hojas de coca, semillas de girasol, maíz, porotos, lentejas, naranjas, mandarinas. Uno puede poner todo lo que quiera en esta boca, los alimentos se vuelven tierra para el año que viene”, explicó la mujer, quien aclaró que este ritual varía según cada región, aunque apuntó que todos los rituales se basan en el respeto.
No obstante, aclaró que también se pueden hacer agradecimientos de forma superficial: “Son rituales diferentes. En el superficial se queman los alimentos y las cenizas se pueden poner en la tierra o en una maceta”.
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Una vez alimentada la tierra, llega el momento de la caña con ruda: “Lo primero que hacemos es darle de tomar a la tierra y después nosotros, nunca al revés. Tiramos un poco de bebida en la tierra, en dirección a los cuatro puntos cardinales. Si una vez que terminamos de tomar queda algo, también se lo convidamos a la tierra”.
Otra forma de hacer el ritual es con la costumbre guaraní, donde primero se le convida la bebida a la tierra y luego, mirando hacia el este, se ingieren tres tragos. Luego, la bebida se va compartiendo por orden de edad.
“Siempre miro hacia el este, hacia donde sale el Sol que calienta a la tierra para que dé sus frutos. Primero le doy de tomar a la madre tierra un pequeño sorbo y después le agradezco, pido mis deseos espirituales y le pido a Dios que le dé la suficiente sabiduría al hombre para que deje de contaminar el agua y el medio ambiente”, contó a Conclusión una mujer que sigue la tradición guaraní.
Y continuó: “Después tomo los tres sorbos, le doy a las personas de mi edad, luego a mis hijos y a mis nietos. A lo largo de agosto le convido esta bebida a todas las personas que vienen a mi casa. Dios le da al hombre caña y ruda para protegerse de los rigores del invierno”.