Antes de reunirse con el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Mark Rutte, en el Despacho Oval de la Casa Blanca, Donald Trump advirtió a Vladimir Putin con aplicar «aranceles muy severos» si no logra un acuerdo de cese al fuego en Ucrania. Así, le dio un plazo de 50 días para negociar.
El líder estadounidense manifestó que estaba «decepcionado» con su par ruso, por lo que podría imponer «gravámenes de aproximadamente el 100%», que recibirán el nombre de «secundarios» y regirá para aquellas naciones que negocien con Moscú.
El punto de inflexión entre los mandatarios se produjo el pasado 3 de julio durante una llamada telefónica, en la que Putin le comunicó al republicano que no desistiría de sus objetivos de conquista en Ucrania.
Ahora, la advertencia de Trump se dio a conocer mediante el diálogo con Rutte en la Casa Blanca, luego de que a principios de este año se reuniera con el líder ruso para cesar el conflicto iniciado en febrero de 2022.
Desde su desembarco en la Casa Blanca, Trump priorizó en su campaña la promesa de ponerle fin a la guerra en un plazo «de 24 horas», que más tarde afirmó en su red Truth Social que era en tono «sarcástico» y apuntaba a la inmediatez con la que iba a intervenir.
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Como último recurso, enfatizó que fabricarán armas para que sean enviadas a Ucrania, en la que se incluirán los misiles «Patriot». «Llegamos a un acuerdo: les enviaremos y ellos las pagarán. Esto tiene que parar», sumó el jefe de Estado.
Respecto a esto último, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió en una conferencia de prensa sobre los envíos de armas estadounidenses a Kiev, los cuales tendrán las intenciones de adquirirlos a pesar de su elevado valor.