El Día Internacional del Libro es una conmemoración celebrada cada 23 de abril a nivel mundial y promovida desde 1988 por la Unesco con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.
El tiempo pasó y el surgimiento de las nuevas tecnologías trajeron consigo un escenario de mayor inmediatez al momento de la lectura y una posibilidad mayor de acercamiento a lo no tangible.
Frente a ese escenario, desde el sector de librerías, aseguran que se viven «tiempos complejos» y remarcaron la necesidad de convocar a la ciudadanía que lea y que vuelva a la «cultura del papal».
«En la lectura en papel hay mucha magia, porque un libro es un libro y su lectura sigue siendo un grito y un eco de lo que fue sagrado», remarcó el titular de la librería Homosapiens, Gabriel Riestra y destacó que, para poder volver a introducir a la gente a la lectura, -sobre todos los jóvenes- hace falta «estar, ofrecer y convocar» de algún modo.
Por su parte, el titular de la librería Katz, Javier Reinoso, señaló: «Las librerías nos rendimos parte de la geografía cultural de la ciudad, somos espacios, porque aparte de venta de libros, somos espacios culturales, hacemos muestras, hacemos charlas y presentaciones. Necesitamos que nos recorran y nos vuelvan a conocer, porque el ecosistema del libro está en un momento difícil»
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Del mismo modo retomó Riestra: «Hay que buscar espacios y nichos porque siempre están posibles. Me parece que hay mucha magia y posibilidad de viajar a través de los libros y la lectura de libros en papel. La lectura que se hace en papel se fija mucho más que la lectura que uno hace en una pantalla; Y esto no lo digo yo, está probado a nivel psicológico, porque en un punto, así como puede ser muy fácil derribar un bello edificio para hacer, un local de consumo muy superficial, los procesos culturales se hacen en el tiempo y llevan mucho tiempo. Entonces la defensa del papel no es menor. Es un acto de resistencia mínimo y necesario».

