El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pareciera estar dispuesto a dejar todo en su guerra comercial contra su mayor competidor, China. Ahora, anunció que ya aumentó hasta un 245% los aranceles contra el gigante asiático, que respondió rápidamente que no cederán y que «no temen» seguirle los pasos al presidente estadounidense en el camino de la disputa por el mercado global. Aún así, dijeron que están dispuestos a negociar.
Además, el mandatario norteamericano, firmó este martes por la noche una Orden Ejecutiva mediante la cual instruyó al secretario de Comercio, Howard Lutnick, a llevar adelante «una investigación sobre los riesgos para la seguridad nacional que plantea la dependencia de Estados Unidos de minerales críticos procesados importados y sus productos derivados».
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«Desde el primer día, el presidente Trump implementó su política comercial, América Primero, para que la economía estadounidense volviera a prosperar», apuntó el comunicado.
China, que desde el primer momento respondió con la suba de tarifas contra Estados Unidos ante cada medida, salió a responder nuevamente: «Si Estados Unidos realmente quiere resolver el problema mediante el diálogo y la negociación, debería dejar de ejercer una presión extrema, dejar de amenazar y chantajear, y dialogar con China sobre la base de la igualdad, el respeto y el beneficio mutuo», declaró Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Este movimiento se produjo tras la decisión de China de restringir el envío de seis metales pesados, los cuales, de acuerdo con Washington, constituyen «componentes esenciales para fabricantes de automóviles, fabricantes aeroespaciales, empresas de semiconductores y contratistas militares de todo el mundo».
Hace unos meses, China prohibió las exportaciones a Estados Unidos de galio, germanio, antimonio y otros materiales clave de alta tecnología con posibles aplicaciones militares. Esta misma semana, China suspendió las exportaciones de seis metales pesados de tierras raras, para cortar el suministro de componentes esenciales para fabricantes de automóviles, fabricantes aeroespaciales, empresas de semiconductores y contratistas militares de todo el mundo.
«China está dispuesta a trabajar con la comunidad internacional, incluida la UE, para intensificar la comunicación y la coordinación, compartir oportunidades de desarrollo, ampliar la apertura y la cooperación y lograr beneficios mutuos», había afirmado Lin, que además llevó el reclamo contra Estados Unidos a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
«Se trata de una maniobra típica de unilateralismo, proteccionismo e intimidación económica, lo que perjudica gravemente los intereses de China, la UE y el resto del mundo», también denunció el país asiático.