Rosario Central sigue con la tarea de terminar de consolidarse entre los primeros lugares en su grupo del Torneo Apertura, con el objetivo de poder jugar algunas instancias decisivas en casa. En ese sentido, traer puntos fuera del Gigante siempre es bienvenido, aunque teniendo en cuenta el contexto del compromiso de esta noche, con claras deficie cias del rival, bien podría haberse regalado el premio mayor.
Durante la excursión por Vicente López, el Canalla se aferró al viejo libreto usado en 2023, que tan buenos dividendos le dio en aquel entonces: sumar de visitante y ganar en Arroyito. En este caso, dio la sensación de que el equipo de Ariel Holan nunca pisó el acelerador a pesar de tener mayor jerarquía y armas ofensivas que Platense, pese a ausencias claves como la de Ignacio Malcorra y Jaminton Campaz, sobre todo.
Central tuvo sus peores minutos en el comienzo del partido: no tuvo la pelota, perdió las divididas y resignó protagonismo, solo se limitó a defenderse y abroquelarse bien atrás. El Calamar careció de profundidad y por ello Jorge Broun tuvo una noche bastante tranquila, con excepción de una buena estirada para desviar al córner un remate rasante desde afuera de Lionel Picco promediando la primera mitad.
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En un partido de bajo vuelo, Central empató sin goles con Platense
El Canalla jamáz se pudo amigar con el juego. Los encargados de la gestación tuvieron rendimientos dispares, destacándose exclusivamente el buen pie de Santiago Segovia, de mejor etapa inicial que complemento. Lautaro Giaccone estuvo desaparecido y Santiago López tuvo más malas que buenas. En tanto, un solitario Sebastián Ferreira poco pudo hacer arriba, más allá de no llegar a conectar un centro que le vino al pie en la única combinación auriazul en el encuentro.
El trámite fue chato, trabado, friccionado, de bajo vuelo. La paridad reflejó el rendimiento de ambos. En el doble cinco sobresalió más lo de Federico Navarro, atento a los relevos y bien posicionado, que lo de Franco Ibarra, muy impreciso con el balón y tampoco conteniendo los pocos avances locales. Para rescatar la solidez defensiva de siempre, con una defensa que sale de memoria y es de las mejores del campeonato.
En el complemento, Central salió con otra cara, más decidido, activo, sabiendo que, si se lo proponía, podía llevarse la victoria. Sin embargo, ese ímpetu le duró unos minutos, porque entre lo cortado del trámite y un contricante que buscó sacar provecho de cada parate, enviando siempre una pelota de más al campo de juego, todo se fue diluyendo. Para colmo, los cambios tampoco tuvieron efecto.
El Canalla buscó poco a Gaspar Duarte, quien podría haber aprovechado mejor los espacios. Augusto Solari pasó totalmente desapercibido desde que ingresó y Enzo Copetti demostró por qué es suplente, con el manual del centro delantero pendiente de aprender. Solo Enzo Giménez se mostró interesante por afuera cuando entró. Así, tempranamente pareció que todo se iba a consumar en empate, porque uno no podía y el otro no tenía con qué.
En el tramo final, Central se abrazó a la igualdad y Platense tuvo sus últimos intentos, pero siempre con poca claridad, más allá de la verticalidad de Ignacio Schor. La igualdad le quedó justa a la historia. Cada uno cumplió con su objetivo. Ahora los de Holan deberán ratificar si esta unidad obtenida sirve debiendo ganar con su gente contra Instituto. Como se dijo más arriba, quedó la imagen de que, con un poco de lucidez, los de Arroyito podrían haber recuperado la cima del grupo B. Lo importante: está en los play offs y consolidado para quedar entre los cuatro mejores de esa zona. En la fase decisiva necesitará del plantel completo para ilusionarse en serio con volver a coronar.