La presidenta del Concejo Municipal de Rosario, María Eugenia Schmuck, detalló que en el último tiempo crecieron las denuncias de vecinos de las zonas noroeste y norte de la ciudad por fiestas clandestinas que se llevan a cabo en casas residenciales que se alquilan durante los fines de semana. Ante esta situación, el Palacio Vasallo trabaja para aplicar multas millonarias a los propietarios de los inmuebles y a los organizadores de los eventos.
En diálogo con los medios, entre ellos Conclusión, la concejala manifestó: “Tuvimos varias denuncias de vecinos que nos planteaban que por redes sociales se estaban promocionando casas para realizar fiestas, aunque estos lugares no están habilitados por el municipio. Después de que hicimos la ordenanza de nocturnidad, donde le exigimos a los salones, boliches y bares que insonoricen, vemos que se alquilan casas para pasar un fin de semana, pero después se usan para hacer fiestas clandestinas, con treinta autos estacionados arriba de la vereda en una zona residencial y con muchas dificultades de los vecinos para descansar”.
Schmuck señaló que, como se trata de casas particulares, el municipio necesita la orden de un juez para poder ingresar al inmueble. “Lo que hicimos -explicó- fue modificar la ordenanza de fiestas clandestinas. Antes podíamos intervenir si había fines de lucro, es decir, teníamos que detectar que se cobrara entrada, pero ahora le agregamos ciertos requisitos. Si una casa que no está habilitada para fiestas es alquilada de manera periódica y se realizan eventos sin permisos municipales y las denuncias son continuas, se van a establecer multas muy gravosas, que van de tres a seis millones de pesos, no solo par el dueño, sino también para el productor del evento”.
La normativa actualmente se empezó a tratar en la comisión de Gobierno del Concejo. “Hemos tenido reuniones con cincuenta vecinos que pasan por esta situación en distintos inmuebles de la ciudad. Tenemos la premura de aprobarlo para que el municipio tenga una herramienta que le permita sancionar a aquellos que dicen que alquilan su casa para que pasen un fin de semana y terminen haciendo fiestas encubiertas. No queremos prohibir, sino que los lugares están habilitados”, apuntó la concejala.
Por último, Schmuck señaló que las zonas más afectadas por estas fiestas clandestinas son Fisherton, San Eduardo, Aldea y Alberdi, al tiempo que no descartó trabajar junto a ciudades vecinas, como Funes, en normativas que atiendan a esta problemática.