La Cámara de la Indumentaria advirtió que la rebaja de aranceles para la importación de la indumentaria y el calzado, anunciada la semana pasada por la administración de Javier Milei, podría comprometer el empleo, la producción y el desarrollo del sector y pidieron al Ejecutivo reconsiderar la medida.
En tanto, la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA) emitió un comunicado en el que manifiesta su “profunda preocupación ante el anuncio del Gobierno Nacional sobre la reducción de aranceles para la importación de indumentaria y calzado”.
El Gobierno justifica esta política como una forma de reducir la inflación y los precios de los productos locales, en un intento por aliviar el costo de vida de los ciudadanos. Sin embargo, la Cámara de la Indumentaria sostiene que esta apertura a la importación perjudicaría a los fabricantes locales al desplazar sus productos por los importados, lo que, a su juicio, podría destruir empleos en un sector clave de la economía.
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Al respecto, desde FITA alertaron que sin una estrategia integral que contemple la mejora de la competitividad sistémica de la industria local, esta medida puede comprometer seriamente el empleo, la producción y el desarrollo de la cadena de valor textil en Argentina. La postura sentada por la entidad textil responde a la decisión del Ministerio de Economía de que los aranceles de ropa y calzado, se reduzcan de 35% a 20%; los de telas pasen de 26% a 18%; y los de distintos hilados bajen de 18% a 12, 14 y 16%.
Cabe recordar, que el sector textil emplea directamente a más de 540.000 personas y es uno de los motores que impulsan el desarrollo de economías regionales. Es el principal empleador en La Rioja, Catamarca y Santiago del Estero y entre los principales en la CABA, Buenos Aires y Tucumán.
La industria argentina viene atravesando un complejo panorama por las caídas de las ventas que derivaron en una menor actividad en las fábricas e incluso produjeron cierres de plantas y comercios, generando una importante merma en los puestos de trabajo.
En este sentido, desde FITA indicaron que “actualmente, la industria opera con una muy baja utilización de la capacidad instalada y en el último año se ha perdido una importante cantidad de puestos de trabajo, uno de cada tres empleos perdidos en el último año corresponde al textil”.
En la misma línea, agregaron desde la entidad de la indumentaria que “la experiencia internacional ha demostrado que una apertura comercial sin planificación puede debilitar la industria local en lugar de fortalecerla, indicando que priorizar la rebaja de aranceles antes de aliviar los costos internos, genera un escenario de competencia desigual que pone en riesgo el tejido productivo nacional».
Sobre este aspecto, aclararon que no piden beneficios sectoriales sino trabajar en conjunto para mejorar la competitividad de la industria nacional, considerando que para ello es necesario igualar las condiciones frente a productos importados producidos en contextos con menos impuestos, leyes laborales modernas y acceso al crédito para la producción.
Al mismo tiempo, desde la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) calificaron la decisión del Gobierno como “un industricidio”, sosteniendo que «puede provocar la destrucción de miles de puestos de trabajo y el quiebre de cientos de industrias”.
Mientras que FITA solicitó al Gobierno mediante el escrito, que reconsidere la medida. «Nos ponemos a disposición para trabajar juntos en un plan de desarrollo que garantice condiciones de equidad y sustentabilidad para la industria nacional y los trabajadores del sector”, manifestaron.