Newell’s Old Boys cumplió con su misión de llevarse unidades durante la excursión por La Plata, una empresa siempre complicada para cualquier equipo. El ciclo de Cristian Fabbiani, tras un comienzo con dudas, empieza a entregar algunas señales de mejora, aunque muy gradualmente. Es fecha a fecha y paso a paso que se ve una cierta evolución en algunos aspecto, aunque claramente aún hay mucho para trabajar y corregir, quedando varias cosas aún en el debe.
Para este encuentro ante el rocoso Estudiantes de Eduardo Domínguez, La Lepra tuvo como premisa conservar el orden, algo en lo que tanto hace hincapié el técnico. No desordenarse, tener las líneas juntas y conservar solidez defensiva son algunos de los lineamientos bajados por el ‘Ogro’ desde que puso pie en el Parque Independencia. En esa dirección el conjunto rojinegro dio pasos más firmes en la visita al estadio UNO.
Si bien el Pincha tuvo la iniciativa desde el comienzo, le costó tener claridad en los metros finales. Newell’s espero agazapado atrás, atento a cortar circuitos rojiblancos en la mitad y lanzar contraataques para aprovechar la velocidad de Mateo Silvetti y Luciano Herrera. El uruguayo influyó más en el juego que la joya de la casa, ya que fue el primero que avisó en la tardecita con un buen zurdazo que pasó besando el poste izquierdo de Matías Mansilla.
En una de las pocas distracciones en el fondo, el rojinegro pagó caro un error de Gonzalo Maroni -de flojo desempeño- en salida, Cristian Medina combinó con Tiago Palacios y el 10 del local se metió en el área, tuvo paciencia, abrió el pie y sacó un remate esquinado que vulneró la resistencia de Keylor Navas. Había que remar desde abajo en un partido difícil, toda una prueba de carácter y reacción para los de Fabbiani, que habían carecido de respuesta en compromisos anteriores ante la primera piña.
Estudiantes pudo haber aumentado la cuenta en un par de ocasiones claras, como un zurdazo potente de Arzamendia entrando por izquierda que tapó Navas con una buena atajada y un taco de Medina que fue despejado por Víctor Cuesta casi en la línea. A La Lepra le costó contener por los costados. Sin embargo, transcurrido el peor momento, el local se relajó.
Antes del descanso, Silvetti, hasta ahí poco participativo, tuvo libertad para acomodarse, levantar la cabeza y ubicar con precisión a Luciano Herrera con un centro rasante desde el sector derecho, el charrúa durmió a toda la defensa pincharrata y definió en soledad de derecha con un toque sutil para igualar las acciones. Todo como al inicio, una paridad justa dado lo expresado por ambos en el campo.
En el complemento, el desarrollo del juego fue el mismo. El local, obligado por las circunstancias, se adelantó unos metros más adelante y salió a buscar el partido, pero siguió sin muchas ideas futbolísticas arriba, mientras Newell’s se replegó aún más a la espera de encontrar un espacio para volver a lastimar. Los dos equipos se repartieron errores con pelota.
Maroni lo tuvo en una contra, pero tardó en decidir y lo comieron cuando iba a patear. Los ingresos de Giovani Chiaverano y Fernando Cardozo resultaron improductivos en ataque, sin modificar la falta de lucidez en la creación. La Lepra extrañó demasiado a Ever Banega en ese sentido. La ausencia del 10 le restó fútbol al elenco rojinegro, no hubo nadie que pudiera hacerse del traje de conductor. La generación de jugadas fue casi misión imposible.
Una vez más, cuando lo llamaron a intervenir, Navas demostró que es un arquero de jerarquía, superlativo, sosteniendo la igualdad leprosa, como en un mano a mano que le ahogó a Santiago Ascacibar tras un córner y también anticipando a una definición de Carrillo en el área chica. Siempre atento el ex Real Madrid, figura indiscutida de La Lepra, como ante Belgrano la fecha pasada en el Coloso.
Sobre el final, Newell’s se encontró con una oportunidad que desaprovechó, ya que su rival se quedó con nueve jugadores, situación similar que ante el Pirata cordobés. Nuevamente, no tuvo la inteligencia para sacar ventaja de eso, ya que prácticamente ni se arrimó al arco de Mansilla en toda la segunda etapa. Prefirió conformarse con lo conseguido y seguir ordenado, lo cual tampoco era poco, aunque quedó la sensación de que pudo haberse animado más en el final. La igualdad servirá si puede darle sustento con un triunfo en el Marcelo Bielsa en su próxima presentación.
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