Los cereales son, sin dudas, unos de los alimentos más importantes que existen desde hace más de 10.000 años para contribuir a la salud del ser humano, especialmente si lo que se desea, es tener una dieta equilibrada.
Vitaminas, minerales e hidratos de carbono hacen de los cereales una fuente proteica insustituible para una buena alimentación y tenemos el orgullo de habitar esta pampa gringa que lo produce a granel para el mundo.
Cómo que de aquí salió el primer embarque para Europa desde nuestro privilegiado puerto (por su ubicación y características topográficas), a través del Ferrocarril Oeste Santafesino, cuyos rieles corrían por el cantero central de la emblemática avenida Pellegrini (alguna vez, bulevar Argentino).
Cómo que aquí nació la primera radio del interior del país (LT3 Radio Cerealista), que primero fue un circuito cerrado para dar a conocer los precios de pizarra de los productos de la tierra, y fue la pionera en el éter de las broadcasting rosarinas.
Cómo que el magnífico ítalo argentino Lucio Fontana, artista plástico reconocido en todo el mundo y no tanto en su ciudad natal, levantó esa efigie maravillosa llamada “El Sembrador” en la avenida Belgrano cuando el gobierno municipal decidió tapar la boca del túnel que comunicaba el ferrocarril con el puerto.
“Yo te saludo, capital de los cereales, que te levantas junto al río Paraná, sos el baluarte de las razas industriales, que aquí vinieron a construir su libertad”.
¡Una poesía hecha pintura que despierta nuestros sentidos!
“Miras el alba metalúrgica del río, color de puma que en su cuerpo aluvional, trae diluidos en la nieve y el rocío, horizontes sumergidos de tu fuente mineral”.
Letra que despierta la conciencia y nos lleva a ubicar la ciudad en el concierto de las venas fluviales de este gran Pago de los Arroyos.
Ceres, la Diosa de la Agricultura, le dio en la mitología romana su nombre a nuestro cereal.
La hija de Cibeles y Saturno, diosa de las cosechas y la fecundidad, se erige en la esquina de bulevar Oroño y avenida Rivadavia, en la plaza Suecia, para placer de los viandantes.
Esta escultura nos trae a los rosarinos un pedacito de Nápoles ya que una similar puede apreciarse en mármol en la romántica ciudad italiana.
De la belleza que da placer a la vista, nos vamos a la que da alegría a nuestros oídos:
“Rosa crispada, siderúrgica y obrera, en que amanece la conciencia del país, llevan los barcos en su entraña la pradera, en la sonrisa proletaria del maíz. Toma esta espiga que te ofrece el canto mío, guarda en tu pueblo laborioso mi canción, que si me duele tu costero pobrerío, tanto cantarle a tu río, siento verde el corazón”.
Desde Salta, “la Linda”, surgieron magníficas voces que unidas en “Los Fronterizos”, hoy nos permiten re-cordar (volver a pasar por el corazón) este bello e inolvidable “Canto a Rosario”.
En el Día Mundial de los Cereales, démosles sentido a los sentidos, sembremos semillas que difundan nuestro patrimonio histórico y cultural, y disfrutemos esta Rosario Sin Secretos, conociéndola, cada día, un poquito más.