En una nueva entrega de Café Internacional, la agenda se centró en dinámicas conflictivas en curso. Por un lado, se abordó la crisis de gobierno que asuela al presidente colombiano Gustavo Petro, a partir de las señales políticas derivadas de la transmisión de una reunión de gabinete que mostró fuertes divisiones internas y que sembró dudas de cara a la sostenibilidad del Pacto Histórico de cara a las elecciones del año que viene. Por el otro, en un plano más global, la guerra en Ucrania parece haber entrado en terreno de definiciones con los primeros contactos entre EEUU y Rusia tendientes a futuras conversaciones de paz, dejando a un lado no sólo a los europeos sino también tensando las relaciones con la propia Ucrania.
La actual crisis política colombiana se inició a principios de febrero como consecuencia de la transmisión de una reunión de gabinete en la cual predominaron los cuestionamientos cruzados entre el presidente y sus ministros, los cuales objetaron el nombramiento como jefe de gabinete del ex embajador en Venezuela Armando Benedetti, acusado de corrupción y de violencia de género, lo que derivó en la renuncia de ministros históricos de la administración Petro, tales como la titular de Medio Ambiente, Susana Muhamad, o el Director del Departamento Administrativo, Jorge Rojas. Todo ello, en un clima preelectoral y con fuertes disputas en el Congreso sobre reformas nodales consideradas prioridad por el gobierno, como la reforma de salud, laboral, o previsional. En una entrevista con la académica colombiana María Luisa Jaimes, se analizaron tanto los desafíos y oportunidades para la Administración Petro derivadas de este hecho, así como también la reacción de la oposición colombiana en este contexto.
Por otro lado, los ritmos de los principales conflictos en curso parecen acelerarse. En este caso, con el ruido blanco de tres años de guerra entre Rusia y Ucrania, el presidente Donald Trump ha decidido poner su impronta con miras a futuras negociaciones de paz con el presidente ruso Vladimir Putin, con quien conversó a mediados de mes acerca de esta agenda. Este hecho no sólo representa la primer conversación entre ambos mandatarios en tres años, sino también pone en cuestión el rumbo de la Alianza Atlántica y el papel de la Unión Europea en la resolución del conflicto, así como también ubica a Ucrania como mero recipiendario de un acuerdo cerrado entre terceras partes. Un acuerdo cuyos términos involucrarían fuertes cesiones territoriales, gestión de recursos minerales raros estratégicos, cuya discusión ha tensado hasta límites impensados la relación entre Trump y su par ucraniano, Volodymyr Zelenski.
Así, las últimas reuniones con mandatarios de países miembros de la OTAN y altos cargos de la Unión Europea encabezadas por el presidente francés Emmanuel Macron muestran no sólo el apremio europeo por no quedar reducida a la irrelevancia en este conflicto y en el reparto futuro de poder global, sino que además el debate se centró en temas tan divisivos como la presencia de tropas europeas en la línea de contacto ruso-ucraniana o la necesidad de emanciparse del paraguas estratégico estadounidense de cara a la
creación de unas fuerzas de defensa europeas, un importante punto pendiente del entramado político-institucional del Viejo Continente.