La Casa Blanca reveló este martes que impondrá nuevos aranceles sobre importaciones de vehículos eléctricos, células solares y otros productos de energía limpia desde China, en una acción proteccionista que, se cree ampliamente, pone en peligro la ambición estadounidense de fomentar la competitividad y reducir las emisiones de carbón.
Según este plan, los aranceles sobre las importaciones de automóviles eléctricos subirán del 25 por ciento al 100. Contando una tarifa adicional de 2,5 por ciento sobre los vehículos importados al mercado de Estados Unidos, el total asciende a un asombroso 102,5 por ciento de impuestos sobre este producto.
El incremento de aranceles recientemente anunciado es principalmente un gesto simbólico, ya que la administración del presidente Joe Biden está tratando de parecer dura con China en medio de una batalla electoral presidencial cada vez más feroz.
Los impuestos actuales, inaugurados por el expresidente del país norteamericano Donald Trump en 2018 y confirmados por la administración Biden, han mantenido efectivamente a los vehículos chinos fuera del mercado automotriz estadounidense.

