El desastre que venían viviendo los usuarios del tren San Martín en los últimos meses tuvo hace instantes una nota más oscura y peligrosa: tras un choque, una formación descarriló en el puente de la calle Belisario Roldán, en las inmediaciones de la Avenida Bullrich y Figueroa Alcorta, donde en estos momentos se está registrando un impresionante operativo de seguridad con personal del SAME, policía y defensa Civil.
En los hospitales de la ciudad de Buenos Aires se declaró un «Alerta Roja» por la situación. Hasta el momento hay 90 personas heridas, 30 de las cuales que fueron trasladados a distintos nosocomios de urgencias como el Fernández, el Pirovano y el Rivadavia.
Las autoridades de Trenes Argentinos están investigando las causas del choque, pero en primera instancia su pudo saber que una formación que estaba repleta de pasajeros embestió por detrás, en la misma vía, a una locomotora que venía solamente con un furgón enganchado. El impacto ocurrió poco después de las 10.30 de la mañana.

Al operativo del SAME se agregaron rescatisas, bomberos y policías que trabajan en los hierros retorcidos de ambas formaciones. Un helicóptero retiró a varios pasajeros herido con fracturas, y una de ellas con un trauma cerrado de tórax y fractura de miembro superior.
Bomberos de la Ciudad evacuaron la primer formación. Sin embargo, pasadas las 11.30 aún había pesonas atapadas en el tren.
La triste realidad del tren San Martín se viene intensificando desde fines del año pasado. Sin embargo, desde antes, los pasajeros venían denunciando falta de mantenimiento -sobre todo en las locomotoras diésel- y obras paralizadas que hubieran mejorado el servicio.

El San Martín viene sufriendo numerosos inconvenientes en sus formaciones desde hace años, y ajhora se le suma que el gobiero de Javier MIlei anunció que no hará más obras en la linea..
En los últimos años las formacines circularon con esquema reducido debido a la reiterada prórroga de la reparación de 24 locomotoras de la línea, las cuales habían excedido el límite del kilometraje recomendado y necesitaban una restauración integral urgente.

El desgaste de las locomotoras -la mayoría con más de 12 años de circulación- fue tal en los últimos tiempos que generó que algunas formaciones estén fuera de servicio y otras presenten fallas, lo que resultó en una frecuencia reducida durante meses junto a mayores demoras, cancelaciones y el consecuente enojo de los pasajeros que día a día utilizan el servicio ferroviario.
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