Así como el Metropolitano de 1981, con Diego Maradona en Boca, Mario Kempes en River, Ricardo Bochini en Independiente y Carlos Bianchi en Vélez para citar a algunas de las principales figuras, puede considerarse el mejor campeonato contemporáneo del fútbol argentino, el de Primera B de 1984 es sin duda de los más relevantes en su categoría del Ascenso.
Además de los nombres y apellidos destacados, por ejemplo Miguel Brindisi, los hermanos Héctor y Néstor Scotta, José Tiburcio Serrizuela, Norberto Ortega Sánchez, Carlos Carrió, Sergio Saturno, Gilmar Villagrán y Oscar Más entre muchos, hubo clubes con muy rica historia como protagonistas.
Racing Club, que había descendido un año antes siguiendo los pasos de otro grande como San Lorenzo; Gimnasia y Esgrima La Plata, Lanús, Nueva Chicago, Banfield, Quilmes y Colón fueron algunos de los animadores de ese torneo, que todavía no se televisaba, que solo podía seguirse a través de las emisiones radiales (LS5 Rivadavia al tope del rating) y que concentraba casi toda su actividad los días sábados.
La furia de Deportivo Español y el toque de Defe
Aunque los mencionados en el párrafo anterior eran candidatos de la cátedra antes de empezar la competencia, los que pelearon el único ascenso directo (el segundo se definió tras un octogonal) fueron dos tapados: Deportivo Español y Defensores de Belgrano.
Armaron equipos inolvidables, ganaron sus zonas (los 22 participantes se dividieron en dos grupos de 11, aunque jugaron todos contra todos) y aún hoy son recordados con gratitud por sus seguidores más veteranos por el paso triunfal en las 42 fechas que tuvo un torneo que parecía interminable.
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Los Gallegos, como se identificaban los propios hinchas pese a la diversidad regional de quienes fundaron la institución en 1956, se consagraron campeones cinco fechas antes del final y con 16 puntos de ventaja sobre Racing, su más cercano perseguidor en la Zona A, al cabo de una espectacular campaña que incluyó 30 victorias, siete empates, cinco derrotas, 73 goles a favor y 30 en contra.
¿Cómo logró construir semejante fortaleza Deportivo Español, que se había salvado del descenso a la C un año antes en un desempate por penales con Central Córdoba de Rosario? Primero hay que citar a su dupla técnica: Oscar López y Oscar Cavallero, dos silenciosos laburantes que buscaron darle seriedad a su tarea y confianza a sus dirigidos.
La pareja de entrenadores acertó en los refuerzos y, con 10 triunfos y apenas una caída ante Tigre en las 11 fechas iniciales, logró el respaldo suficiente para llevar adelante un proyecto que incluía la promoción de valores jóvenes, como ese morocho hábil y corajudo que parecía llevarse todo puesto, José Luis Rodríguez, desde entonces el Puma porque, al decir del relator Juan Carlos Morales, con sus goles hacía cantar y bailar a la gente de Español.
El máximo rival, al margen de un declive en las últimas jornadas, fue el Dragón del Bajo Belgrano, que apostó por un juego de pelota a ras del piso, inclusive en canchas que desaconsejaban esa propuesta, y cautivó con Horacio Galbán (alias Banana por sus piernas chuecas) como volante central, la fina zurda de Ángel Ronci a su lado y la potencia de Walter Fernández arriba.
El campeón de la Primera B, en el día indicado
Español aseguró su ascenso justo ante Defensores, en la cancha de Atlanta. Lo venció por 3-1 y no dejó dudas respecto de su superioridad. Fernando Donaires, César Lorea (había estado en el Boca del Toto Lorenzo unos años antes como suplente de Heber Mastrángelo) y Norberto D’Angelo fueron los goleadores del campeón.
Para darle más épica a la jornada, se jugó un 12 de octubre: el mismo día de la fundación del Deportivo, impulsada por unos inmigrantes gallegos (y de otras colectividades) que siempre fueron emprendedores, tenaces y obstinados.
Francisco Ríos Seoane -poderoso empresario gastronómico de la época- fue el dirigente más emblemático y duradero de la institución, pero tantas han sido sus controversias que merece un capítulo aparte.
Fue tal el furor de aquel Deportivo Español que Joan Manuel Serrat se interesó por ver en vivo el equipo sensación del que muchos hablaban en la Argentina. Así, el cantor catalán estuvo presente en los festejos por el ascenso a Primera División, una presencia que quedó registrada en imágenes rescatadas por la cuenta de X Cultura Deportivo Español. Nano -confeso fanático del Barcelona y simpatizante de Boca- saludó a los jugadores antes del partido, recibió regalos y hasta pasó por el vestuario.
El segundo ascenso fue para Gimnasia, luego de un octogonal no exento de polémicas y arbitrajes dudosos. El Lobo le ganó 3-1 a Racing en Avellaneda y 4-2 en La Plata, el 30 de diciembre de 1984, para ponerle término al campeonato de la B más importante de todos los tiempos.
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Fue la penúltima edición de la vieja B Metropolitana que otorgó ascensos a Primera División. Los últimos en hacerlo fueron Rosario Central (campeón) y Racing (ganador del Octogonal). Al año siguiente, el fútbol argentino se reestructuró, la B Metro pasó a ser la tercera categoría detrás del nuevo Nacional B, un torneo que tuvo entre 2011 y 2014 la estelar presencia de River e Independiente, que se fueron al descenso en 2011 y 2013, respectivamente.