El fin de semana navideño fue terrórifico en la zona sur y norte del conurbano. Precisamente, en Lanús y Villa Ballester, donde dos jubilados de 83 y 75 años fueron asesinados por sus hijos. En el caso del hombre de 75 años, también mataron a su pareja de 63 años.
Aunque se conoció ayer, el primer crimen ocurrió el viernes pasado, en la localidad de Villa Ballester, partido de San Martín. Allí, en en una casa ubicada sobre la calle Italia al 4700 encontraron los cuerpos de Osvaldo D’Ottavio (75) y su pareja, Miriam Lucía Marengo (63).
El hallazgo de los cadáveres se produjo luego de que los hijos de Marengo llamaran al 911, preocupados por la falta de noticias de su madre.
Según el informe forense, las víctimas habían sido atacadas con un destornillador. Pocas horas después del descubrimiento, dieron con el presunto autor del crimen: el hijo del hombre fallecido. Al igual que en el recordado caso de Martín del Río, el empresario de Vicente López que hoy enfrenta un juicio por matar a sus padres en un falso robo, aseguran que el móvil fue para robarle plata.
«Con frecuencia, el acusado llegaba a la casa de su padre para pedir dinero, principalmente parte de una herencia», asegura un investigador clave en el expediente. El padre asesinado se dedicaba a la fabricación de plásticos, según sus registros comerciales. Su madrastra había denunciado al agresor en al menos dos ocasiones durante 2020.
El hijo de D’Ottavio, de 36 años, ingresó al Hospital Eva Duarte de San Martín con heridas compatibles con las maniobras de defensa de las víctimas, lo que llevó a su detención. La causa penal tramita en la UFI Nº5 del Departamento Judicial San Martín, a cargo de la fiscal Gabriela Disnan.
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El acusado -cuya identidad aún se mantiene reservada- ya fue indagado por el homicidio agravado por el vínculo con su padre y el femicidio de su madre, aunque se negó a declarar. Según fuentes de la causa, el hombre tendría problemas psiquiátricos.
El aberrante parricidio de Lanus: «Me tenía podrido»
La mañana del 25 de diciembre en la localidad de Valentin Alsina, de Lanús, también fue trágica. Aunque por los detalles del crimen, mucho más macabra. Es que en una plaza del barrio de zona sur, encontraron el cadaver de un hombre descuartizado, sin sus manos, su cabeza y su pie izquierdo, colocado dentro de una valija.
Tan solo diez horas después del hallazgo del cadáver del hombre que fue identificado como Atilio Pachu (83), tras una investigación del fiscal Martín Rodríguez, de la UFI Nº6 Departamental, la DDI local detuvo al único sospechoso del crimen, Alexis Pachu (46), hijo de la víctima y ex empleado de una empresa gastronómica. El acusado fue descubierto llevando la valija con el cuerpo de su padre en una cámara de seguridad, sobre la calle Juan Farrel al 400.
Gracias al video descubrieron dieron el primer paso para la identificación no solo del asesino, sino también de la víctima, ya que con los restos que había en la valija no se podía llegar a una identificación.
«Me tenía podrido», dijo el hombre a fuentes de la investigación, luego de ser detenido mientras dormía en la misma casa en la que ocurrió el crimen. En el lugar encontraron varias manchas de sangre y los restos que faltaban de la víctima: tanto la cabeza como una pierna del hombre de 83 años se encontraban en el congelador de la heladera.
Por su parte, los brazos fueron hallados en una bolsa dentro de un patio interno, junto con otros seis cuchillos y el teléfono celular del acusado. Otra bolsa de nylon contenía ropa manchada con sangre.
Según detalles de la causa, Alexis Pachu tomó un cuchillo para apuñalar a su padre. Luego, lo descuartizó con una sierra y colocó trozos del cadáver en una valija negra, a la que arrastró por casi tres cuadras para descartar finalmente en la plaza del barrio.
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El caso también remite a un hecho reciente: el brutal asesinato de Fernando Pérez Algaba,el trader de criptomonedas y comerciante de autos de 41 años que fue hallado descuartizado dentro de una valija en Ingeniero Budge a mediados de julio pasado.