Por Álvaro Torriglia y Sandra Cicaré para Diario La Capital
El ajuste que promete llevar adelante el nuevo gobierno profundizará la caída de la actividad económica y elevará el desempleo. Eso parece estar garantizado a menos en el corto plazo, en la medida que en el presidente electo Javier Milei lleve adelante los planes anunciados, como el de cortar obra pública. El resto está por verse. El economista Sergio Arelovich, referente del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate) analizó el escenario que se abrió desde las elecciones presidenciales. En ese sentido, cuestionó los mecanismos previstos para desarmar las Leliq, advirtió sobre el efecto de programa nacional en las provincias y señaló que “es posible que se alcance en pocos meses el déficit cero, a un costo social enorme”.
¿Qué ves que ocurrirá con la economía tras el triunfo de Javier Milei?
Sólo se pueden seguir sus declaraciones y hacer inferencias sobre su posibilidad de efectivización. Sobre todo las temerarias, como la eliminación del Banco Central, que tiene un conjunto de funciones como la supervisión del sistema financiero. Otro tema central sobre el cual van a poner el acento principal en los primeros días es el de las cuentas fiscales. Si el anuncio de suspender la obra pública se cumple tal como dijo Milei, va a tener consecuencias muy importantes, no solamente sobre casi la mitad del déficit acumulado del año, sino sobre la actividad económica. Fundamentalmente en el tema de la tasa de desempleo, que podría llegar a duplicarse por el efecto arrastre que tiene la actividad de la construcción. Y para bajar la otra mitad, para que el déficit sea igual a cero ¿qué habría que tocar? Es probable identificar cuáles son las partidas más importantes que se verían afectadas, por la proporción que ocupan respecto del gasto primario. De un gasto primario de 100 pesos, en los primeros nueve de 2023, 52 pesos son programas sociales. Esto incluye jubilaciones y pensiones, AUH, asignaciones familiares y otro conjunto de programas. Pero también tocarían los salarios. No desde el punto de vista nominal sino por la inflación. Se puede imaginar que los ingresos del Estado van a crecer al ritmo de la inflación o un poquito más abajo, a pesar de la depresión que va a causar todo este tipo de medidas. Así, en dos o tres meses es probable que alcancen el déficit 0, con un costo social enorme.
Pero el recorte va a ser sobre la casta y el gasto político, dijo Milei.
El gasto político no llega al 1% del presupuesto. Y el 11% que se destina a sueldos es un porcentaje que no ha experimentado otra cosa sino una tendencia al descenso desde hace bastante tiempo. También porque hubo un descenso relativo en relación a la población del personal ocupado en el Estado nacional, no así en las provincias, y porque hubo un proceso de precarización muy largo desde los 90.
Este recorte automáticamente va a tener impacto en actividad económica y empleo.
Sí. A la inflación se va a sumar el desempleo, lo que va a presionar hacia abajo los salarios. Hay que decir que en Argentina hace mucho tiempo está congelada la creación relativa de los puestos de trabajo registrados del sector privado. El empleo crece por lado del privado informal, trabajo independiente o pseudo independiente, que en la mayoría de los casos es fraude laboral.
¿Y no afectará la recaudación?
Es la víbora que se come la cola. Lo vivimos y sabemos cómo funciona. Porque el 75% del PBI es el mercado interno y el deterioro en los ingresos impacta primero puertas adentro y, no mucho después, en la macroeconomía.
Milei también quiere avanzar en el ajuste monetario, frenar la emisión y atacar el tema de las Leliq.
Las Leliq son un invento del gobierno de Macri que sustituyó a otros títulos que podía comprar cualquiera, que eran las Lebac. Estas sólo pueden ser compradas por las entidades financieras y son reflejo de varias cosas. Por ejemplo, del relativo retroceso de la actividad económica, que no recurre al préstamo interno. Para decirlo en números, por cada 100 pesos prestados que tiene el sistema financiero 60 están colocados en títulos emitidos por el Banco Central y algunos por el Tesoro. Eso significa que hay una capacidad de préstamo esterilizada como consecuencia de la política monetaria. Hay varias formas de resolver el tema de las Leliq, que no son un problema en sí mismo sino, en todo caso, un reflejo de este problema. Hay una capacidad prestable enorme que permitiría, por ejemplo, políticas de desarrollo industrial, regional, municipal o provincial. Esta capacidad no se usó aun cuando la tasa era más baja porque seguimos con el mecanismo de regulación de las entidades financieras de la dictadura y porque no hubo en los 40 años de democracia nada que transforme el rol del sistema financiero. Está servida la mesa como para hacer un régimen sui generis de nacionalización de depósitos. O sea, que el Banco Central libere paulatinamente el stock de Leliq, no llamando a licitación al vencimiento y armando líneas de préstamos en acuerdo con los bancos con fines productivos. Esto permitiría incluso deshacerse de esta obligación de recurrir al financiamiento internacional para cosas que podemos financiar en pesos. Pero a partir de las cosas sueltas que plantearon desde el espacio de Milei, parece que está planteando emitir títulos públicos para sustituir a las Leliq. Y ahí hay un primer problema porque no da la partida doble. Los títulos los emite el Estado nacional, que se va a quedar con el problemita que tiene el Banco Central y que además va a reforzar el déficit.
Y el Tesoro suma deuda.
Sí, y en moneda extranjera. La deuda pública subiría en más o menos 17% del stock que tiene el 31 de octubre, que es de u$s 404 mil millones. Una parte de esa deuda está en dólares, otra la tienen residentes en la Argentina, otra residentes en el extranjero, alguna está sujeta a legislación extranjera, otra a legislación local. En esto, más allá de las críticas a su gestión, hay que sacarse el sombrero con lo que hizo Martín Guzmán. Cuando asumió el gobierno de Alberto Fernández el 81% de la deuda pública era en moneda extranjera, ahora es de 61,4%.Y el 46% de la deuda estaba sujeta a legislación extranjera, ahora es el 34 ó 35%.
Milei plantea como prioridad achicar el déficit y desactivar las Leliq para luego diseñar el resto de la política económica.
Arrancamos implosionando. Hoy se cree que con estas recetas se va a bajar inflación. Y en la historia inflacionaria argentina ha habido procesos de enorme inflación con procesos de contracción monetaria brutales y viceversa.
Esto va a caer inevitablemente también sobre las provincias.
Se va a ver en el territorio. Desde hace más o menos unos 10 días en las comunicaciones A del Banco Central, que contienen las autorizaciones a las entidades financieras para que puedan participar comprando títulos emitidos por los Estados subnacionales, se ve que hay una catarata de pedidos por parte de las provincias para atajar el problema. Son todas letras de corto plazo que vencerán a mediados del año que viene, en el mejor de los casos. Pero la idea es no arrancar muertos en enero.
Si se trastoca el esquema de coparticipación ¿se vuelve una temporada de nuevo de pactos fiscales?
Los pactos fiscales de la historia reciente se firmaron en marcos de recesión. Ha habido compromisos de reducción de impuestos a los fines de facilitar la inversión, cosa que nunca pasó. Hubo en los pactos fiscales la asunción de responsabilidades por parte de los Estados nacionales que tampoco fueron cumplidos. En el medio tenemos la historia de los años 90 con el recorte del 15% sobre fondos de coparticipación. Y creo hay que ponerle el ojo a las intenciones que pueda tener el gobierno de Milei respecto de las cajas de jubilaciones fuera de Ansés. En Santa Fe hay tres cajas, una provincial y dos municipales.
Ajuste fiscal, ajuste monetario y devaluación ¿Cómo será la secuencia?
No tengo idea. parece que están apuntando unificar el tipo de cambio en un nivel sensiblemente más elevado que los 372 para minorista. No sé de cuánto será la devaluación pero van a hacerla porque, entre otras cosas, trae un tipo de compensación para una parte de la recaudación, que es la asociada a los derechos de exportación, a los que creo que en el corto plazo ni los van a tocar.