El hecho ocurrió en agosto de 2020 cuando a las 14.08 el conductor de un automóvil Peugeot 307 impactó mortalmente contra una motocicleta. Fue en una curva de la carretera AC-442, en el término municipal de Dumbría, cerca del cabo Fisterra.
xEl lugar de la tragedia en 2020. Se aprecia claramente que el
Peugeot invadió el carril por donde circulaba la moto. Posiblemente por exceso de velocidad.
La vida de Josep Boan Rosanes, de tan solo 20 años, un joven con una brillante carrera de Profesorado de Historia por delante y un gran amor por su Yamaha XSR 700, a la que llamaba «Bagheera», terminó en aquel preciso instante. La tragedia se magnificó dado que ocurrió frente a los ojos de su padre, que le había inculcado su pasión por las motos y esta vez lo seguía a escasos metros por detrás.
Aquel viaje a la tierra de sus abuelos, que padre e hijo habían planificado con tanta ilusión como preludio y preparativo de un viaje a Cabo Norte al año siguiente, acabó siendo más que un viaje al fin de la tierra; uno al fin de la vida.
xJosep Boan Rosanes, de solo 20 años, circulaba en moto junto a su padre cuando un auto invadió su carril y le quitó la vida. Increíblemente la Comuna pretende cobrarle a su familia la limpieza de sus restos.
JUSTICIA LENTA
El juicio por este accidente se realizó casi dos años después del suceso. Las pruebas periciales acreditaron que el coche que impactó contra el motorista circulaba a 116 km/h en una curva en la que no se podían superar los 70 km/h.
El conductor, A.G.S. -de 27 añosargumentó que tuvo que invadir el carril contrario forzosamente puesto que estaba esquivando un animal que, repentinamente, se cruzó en su trayectoria. Finalmente fue acusado de homicidio imprudente, por lo que se lo condenó a dos años de prisión -que no llegará a cumplir al carecer de antecedentes penales- y tres años y medio por retiro del permiso de conducción.
Por su parte, la familia del fallecido -que tuvo que insistir lo indecible para que el juicio se llevara a cabo, pese a la reticencia inicial del Juzgado Nº 4 A de La Coruñatuvo que pagar su parte de las costas judiciales por el proceso (casi 5000 euros, ya que la jueza del caso se mantuvo férrea en su decisión irrevocable, argumentando que no se solicitó correctamente en el momento procesal adecuado la exención de dicho pago)… por si la pérdida de un hijo no hubiera sido suficientemente dolorosa.
A partir de la suave sentencia condenatoria, la familia del motorista fallecido ha puesto en marcha una petición a través de la plataforma Change.org para que se revise el monto de las penas en los juicios por violencia vial. Especialmente en aquellos que, como en este caso, una conducción irresponsable resulta ser la causante de una pérdida humana.
CALVARIO INTERMINABLE
Pero no termina aquí la cadena de desaciertos.
xLa factura que recibió la familia del joven fallecido, casi tres años después, donde le cobran las
tareas de limpieza de sus restos de la ruta.
El pasado 7 de octubre, llegó al domicilio de los padres de Josep un aviso de retirar un certificado procedente de la Deputación Provincial da Coruña. Aunque en su momento los familiares del motorista fueron informados de que sus pertenencias (campera, cinturón y botas) habían sido tiradas a la basura, creyeron que el comunicado tal vez fuera una rectificación ante tan evidente falta de sensibilidad.
Sin embargo, no solo no fue eso, sino que la carta consistía en la reclamación del pago de una factura a los bomberos que actuaron tras el siniestro en el lugar donde se produjo el accidente, en concepto de asistencia y limpieza de vía tras accidente entre vehículo y moto, por un tiempo total de intervención de 3 horas y 22 minutos por lo que les quieren cobrar 485,50 euros por limpiar la sangre y los restos que impregnaron el asfalto del lugar tras la colisión.
La noticia ocupó los titulares de los principales medios españoles como algo más que un error burocrático, como lo han definido quienes han intentado restarle importancia al asunto desde las instituciones sin presentar hasta la fecha ningún tipo de disculpas a los familiares del fallecido.
Es de tal dimensión que el escándalo se ha viralizado y ha saltado a muchos medios de comunicación.
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