Luego del violento hecho ocurrido en el Hospital Provincial durante la noche de este martes, en donde presuntos sicarios ingresaron al nosocomio para –según se presume– liberar a un preso que se encontraba internado en el lugar y asesinaron a un policía e hirieron a una mujer, el ministro de Seguridad de Santa Fe, Claudio Brilloni brindó detalles de lo ocurrido y adelantó que aún no se conoce la identidad de los agresores.
En diálogo con LT8, el funcionario detalló: “Anoche, entre las 21.15 y 21.20, cuatro personas armadas ingresaron al Hospital Provincial, llegaron hasta uno de los consultorios donde estaba un interno que cumple una condena en la cárcel de Piñero y que padece un problema de salud cuya complejidad no podía ser atendida en el penal”.
El recluso es Gabriel Lencina –quien fue condenado a 22 años de prisión por diversos crímenes– e ingresó al Hospital Provincial el pasado lunes, a causa de un cuadro de neumonía agravado por la tuberculosis que padece. Tras el ataque, pasada la 1.30 de la madrugada de este miércoles, y ante una mejoría en su estado de salud, fue dado de alta y regresó al penal de Piñero.
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“Cuatro personas ingresaron hasta el lugar donde estaba alojado este interno, primero lucharon con los agentes del Servicio Penitenciario, ahí uno de los uniformados fue herido con un golpe en el pómulo. Los delincuentes, al ver que no pudieron cometer su objetivo, huyeron, pero en la salida cruzaron al policía que custodiaba la entrada del hospital, Leoncio Bermúdez, quien trató de interceptarlos, pero le efectuaron dos disparos”, detalló Brilloni, quien también apuntó que en el ataque una mujer, familiar de una persona que estaba en el hospital, fue herida en las piernas, pero se encuentra fuera de peligro.
Bermúdez recibió un disparo en la cabeza y fue trasladado de inmediato al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) en estado crítico, pero llegó a este centro de salud sin signos vitales. El ministro destacó que “la pérdida de un camarada” genera “conmoción, bronca y tristeza”.
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El ministro de Seguridad indicó que hay dos hipótesis sobre el ingreso de los presuntos sicarios al hospital, que se dio el mismo día en que el recluso iba a ser dado de alta: una presume que intentaban liberar al preso antes de que abandone el nosocomio; mientras que la otra apunta que buscaban asesinarlo.
“Son hipótesis, todavía no determinamos qué pasó. Habiendo trabajado en algunas custodias de internos durante tantos años, y a esto hay que tomarlo como una elucubración de mí parte, todo indica que los querían arrancar, como se dice en la jerga delictiva, es decir, llevárselo por la fuerza. Generalmente lo hacen para liberarlo”, explicó Brilloni.
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Tras calificar al hecho como “grave, delicado y que muestra, una vez más, la violencia en el accionar delictivo”, el funcionario anunció que aún no tienen las identidades de los presuntos sicarios, aunque adelantó que se están realizando investigaciones para dar con el paradero de los mismos.
Por último, y en relación a los cuestionamientos sobre por qué una persona privada de su libertad se atiende en un hospital público, Brilloni sostuvo: “No tenemos un lugar distinto para atender a personas presas. Hemos incorporado médicos, psicólogos y personal administrativo para hacer las primeras atenciones, pero cuando hay que hacer estudios de complejidad tenemos que ir a los hospitales públicos”.
