Se pone en juego dos modelos de país, dos modelos totalmente opuestos. Dónde va a primar las expectativas y la visión que se tiene de la realidad y la Argentina que queremos.
Muchos manifiestan: «Que no es necesario hablar del pasado, que nos tenemos que centrar en el presente y mirar el futuro «.
xKaren Insaurralde.
Pero a decir verdad, no se puede construir un futuro sin mirar nuestra historia, sin saber qué pasó antes; sin conectar lo que pasó, lo que estamos viviendo y lo que queremos para la Argentina que se viene.
Y si se habla de la realidad, lo cierto es que se está viviendo un momento de mucha tensión en la sociedad, no sólo porque hay un hartazgo de la gente de ir a votar. Sino a la hora de elegir a quien votar. Cada elección nos deja una enseñanza y un aprendizaje. Pero lo que no podemos permitir, es que se fomente la violencia cuando uno piensa diferente, porque somos libres pensadores a la hora de elegir y decidir el voto, ya que hay que respetar la voluntad popular.
Desde que el ministro de Economía asumió su cargo no hace otra cosa que tener la cintura política para afrontar este momento difícil que nadie puede negar y hace lo posible por plantarse ante quienes fomentar desde afuera para sacarlo del poder o para que todo explote.
Todos queremos ver crecer a nuestros hijos, queremos que los jóvenes no se vayan a otro país, queremos que doña Rosa se jubile, que don Pedro pueda acceder a créditos para que crezca su negocio.
Muchos queremos que vengan empresas a invertir y que se pueda acceder al empleo, queremos que crezcan las industrias, queremos y defendemos la educación pública y la salud pública, los trabajadores estatales, porque creemos en un Estado presente. No existe la posibilidad material de aplicar otro modelo de país, «el cambio», porque lo que nos vienen a proponer es la teoría, pero sin poder aplicar la práctica. Es la vuelta de una política con nuevos dirigentes, pero la misma de los «90. Quizás por eso, no quieren relacionar el pasado con el futuro que nos prometen, porque de esa forma niegan todo lo pasó y el daño que nos hicieron como país.
Hoy los jóvenes, viven la era de obnubilamiento por las redes sociales, porque no pueden llegar a interiorizar el daño que propone el «cambio».
Por eso, es necesario relacionar el pasado, pensar en el presente y pensar en el futuro, porque es parte de la construcción de la historia que queremos seguir escribiendo y construyendo para un país que merece tener gobernantes que defiendan los intereses de todos los argentinos junto con la «celeste y blanca».
*Presidenta Causa Reparadora