Así lo explicó el expolicía Omar Delgado, cuando supo que sus excolegas del Departamento del condado de Los Ángeles se habían suicidado en menos de 24 horas la semana pasada. La Policía fue enviada a la casa del atacante de Maine semanas antes de las masacres, en medio de la preocupación de que iba a «estallar y cometer un tiroteo masivo».
x»Con todas las contrataciones de este año se aumentaron solo 15 empleados, apenas se mantienen a flote. La gente renuncia tan rápido como la contratan».
Delgado fue uno de los primeros agentes en llegar al lugar del atentado en la discoteca Pulse de Orlando el 12 de junio de 2016. Sufre trastorno de estrés postraumático desde aquella noche, y ha intentado quitarse la vida en dos ocasiones.
«Ellos simplemente estallaron», consideró. Al anunciar la muerte de tres agentes actuales y uno retirado, el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles dijo que los detectives de homicidios investigan cada una de las cuatro muertes de forma independiente. Los nombres de los fallecidos no se hicieron públicos.
«Estamos atónitos al enterarnos de estas muertes, y esto ha generado ondas de choque de emociones en todo el departamento», dijo el sheriff Robert Luna. Richard Pippin, presidente de la Asociación de Sheriffs Adjuntos de Los Ángeles, dijo a CNN que está «muy seguro» de que no hay una correlación entre los agentes fallecidos, que murieron entre el lunes por la mañana y el martes por la mañana.
Según los expertos en temas policiales, estas muertes no tienen precedentes, al ser tantas en una sola agencia y en un periodo tan breve, por lo que plantean la necesidad de mejorar los recursos de salud mental y los incentivos para que los agentes reconozcan, busquen y acepten ayuda cuando la necesiten.
Pippin señaló que las pérdidas afectan a una agencia que actualmente enfrenta a una baja moral y a una grave escasez de personal.
En un día cualquiera, al departamento le faltan aproximadamente 4000 empleados de los más de 17.000 presupuestados.
«Los policías rara vez buscan ayuda»
En algunos casos, los agentes trabajan hasta 70 horas semanales, según Pippin. «No ven a sus familias. Es un trabajo arduo y estresante», afirmó. El departamento del sheriff del condado de Los Ángeles no es el único con esta situación. Los organismos policiales de todo el país han tenido problemas para contratar y mantener personal desde la pandemia del covid-19 y la muerte en 2020 de George Floyd, que desencadenó protestas y el escrutinio a los prejuicios de las fuerzas del orden en todo el país. De una llamada a otra, los agentes encuentran con personas en los momentos más difíciles de su vida, añadió. «Y enfrentarse a eso, a un porcentaje tan elevado de sus horas de vigilia, semana tras semana, y mes tras mes, es agotador para ellos», destacó Pippin.
Nueve miembros del departamento se han suicidado este año, una cifra muy superior a la de los últimos años: uno en 2022, tres en 2021 y dos en 2020, dijo Pippin. Los cuatro suicidios representan un «clúster», término vinculado a la conducta suicida, según el doctor John Mann, profesor de neurociencia de la Universidad de Columbia y director de investigación e imagen molecular del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York. Se ha demostrado que los «clústers» se presentan en grupos muy unidos, sobre todo los uniformados, cuando ocurre un acto de suicidio y aumenta el riesgo de que otros intenten suicidarse o mueran por esta causa, afirmó Mann.