Boca Juniors está en la final de la Copa Libertadores 2023. Ahora le queda el último paso en el estadio Maracaná de Rio de Janeiro, en Brasil, donde enfrentará al Fluminense carioca que en sus filas tiene a una de sus figuras, Germán Cano, un ex fan xeneize que dejó de serlo por un impensado motivo y ahora quiere arruinarle esa fiesta del fútbol a los dirigidos por Jorge Almirón.
Tan grande es la figura de Cano en el Flu que hasta es el máximo goleador de esta edición de la Copa Libertadores con 12 goles en 11 partidos. Y con ese palmarés terminará el certamen, dado que sus perseguidores más cercanos ya están fuera de la competencia. Una performance bestial del argentino, quien está a un partido de gritar campeón con el Fluminense.
Germán Cano nació en Lomas de Zamora en 1988 y de pibe soñaba con ser jugador del club del que era hincha: Boca. Muchas fueron las noches en que se quedaba despierto soñándose como Martín Palermo o el mismísimo Juan Román Riquelme, adentro de la Bombonera, ovacionado desde las tribunas. Sin embargo, sus ganas de jugar profesionalmente pudieron más.
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Es que muy cerca de su casa lomense estaba el Club Lanús, y hasta allí llegó una tarde a los 11 años para probarse y quedó en el Granate. Ya pintaba como un delantero guapo, luchador y con buen pie. Y en esos años, el nuevo amor empezó a borrar sus sentimientos primarios hasta convertirse en fanático del Grana.
Allí tuvo su debut profesional en el año 2008. Luego le tocó irse pero esa fidelidad ya no cambiaría. Pasó por Chacarita y Colón de Santa Fe. Luego dio el salto al fútbol internacional en Colombia, donde vistió primero la camiseta de Deportivo Pereira.
Su próximo paso fue Nacional de Paraguay, para después regresar al fútbol colombiano y vestir la camiseta de Independiente Medellín donde tuvo su prime
al marcar 129 goles en 196 partidos. Una locura total.
Germán Cano y su pasión: pasó de Boca a Lanús
«De chico era hincha de Boca y después me fue tirando Lanús por jugar ahí», así lo contó Cano tiempo atrás. Al punto que agregó: «Ya no es un sueño jugar en Boca, tampoco me veo jugando en Argentina. Mi etapa en Argentina está cerrada».
Y por si faltaba algo para terminar de confirmar que su corazón dejó de estar en la Ribera para quedarse para siempre en el Sur del Conurbano habrá que recordar que Cano usa el número 14 en su camiseta del Fluminense por «La 14», la hinchada del Granate. Aun así, en la previa de la final, el atacante admitió: «Tengo sentimientos encontrados porque hay muchos bosteros en mi familia».
Hoy Cano se transformó en una bestia del gol, y más si se tiene en cuenta que lo hace en la liga brasileña, considerada entre las mejores del mundo. Sus marcas han trascendido todo. Actualmente se mide con los máximos goleadores del planeta para quedar en el Top de este.
Esa lista selecta de cracks la encabeza Erling Haaland, quizás el mejor delantero del mundo, que brilla en el poderoso Manchester City, equipo con el que llegó a los 37 goles. ¿Y quiénes son los escoltas? Un tal Cristiano Ronaldo y Germán Cano, con 36. El lomense dejó atrás a estrellas del firmamento como Kylian Mbappé (33), Harry Kane (33), Hugo Cuypers (32), Victor Osimhen (31), Mauro Icardi (30) y Lautaro Martínez (30), ni más ni menos.
En este contexto, tras la clasificación a la final de la Libertadores luego de ganarle a Inter de Porto Alegre en la semi con un gol suyo, Cano afirmó: «Estoy feliz por llegar a la final. Para mí es un sueño. Nuestro equipo estaba para competir de igual a igual a todos los equipos. Fuimos superiores en diferentes detalles, situaciones del partido. Llegar a esta final es un gran premio al equipo, al esfuerzo, a la dedicación y a nunca bajar los brazos».
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Y el ahora fanático de Lanús le dejó un mensaje a Boca. mostrándose sin miedo por enfrentar al gigante sudamericano: «Dentro de la cancha son 11 contra 11. Las estadísticas uno las deja por fuera, una vez que estás ahí adentro solo pensás en hacer lo mejor para tu equipo, en poder hacer los goles, y entonces creo que la clave va a estar ahí».