La agrupación rosarina Masmédula y el grupo santafesino Vaho se presentan el sábado 28 de octubre a las 21, en el Centro Cultural La Casa del Tango (Av. Illia 1750), con entrada libre y gratuita.
La noche de Veladas Tangueras comienza con el concierto del quinteto rosarino, que presenta su segundo disco “El Estaño” y luego actúa el grupo Vaho (Santa Fe).
La agrupación Masmédula está integrada por Diego Zavalla (guitarras, arreglos y composición), Manuel Asato (piano), Martín Carr (bandoneón), Inés Dotto (violín) y Cecilia Zabala (contrabajo). Una formación surgida en 2014 en la ciudad de Rosario, con la idea de abordar el tango nuevo, el tango del siglo XXI.
Propone composiciones propias, instrumentales, que reflejan la ciudad, su río inmenso y oscuro. Su primer disco, Perro Negro (2019, EMR), fue ganador del Concurso de Coproducciones discográficas de la Editorial Municipal de Rosario y de Mención honorífica en el Concurso de Música Popular Inédita 2018 del Fondo Nacional de las Artes. Recibió también el premio Rosario Edita a Mejor álbum de Tango 2019.
Su segundo material discográfico, El estaño (2023, Club del disco) es un disco conceptual inspirado por obras literarias contemporáneas y dedicadas a escritores de diferentes lugares de nuestro país.
Un recorrido que plasma y recrea musicalmente la atmósfera urbana que transmite cada relato, una búsqueda artística desde el tango que recibe también influencia de otras músicas y universos lejanos. Estas composiciones fueron premiadas por el Fondo Nacional de las Artes 2020 y obtuvieron el Fomento 2022 de INAMU para realizar la mezcla y masterización.
Vaho es un sexteto de tango contemporáneo formado a comienzos del 2022 en la ciudad de Santa Fe. Integran la agrupación Nadia Traversi (voz), Lucas Mendez (bandoneón), Elena Acosta (piano), Ignacio Sanchez (violín), Kike Catena (violoncello) y Chiro Bianchi (contrabajo).
Desde sus inicios, el grupo ha tenido como objetivo abordar un repertorio compuesto exclusivamente por arreglos propios de tangos de autores y autoras de este siglo. Tal premisa se inscribe en la firme convicción de que tango como música popular, necesita de nuevas creaciones para mantenerse vivo, y continuar siendo así -como lo fue en sus orígenes y en su época de oro- un reflejo de la realidad y del contexto en el que se produce, con el que puedan identificarse los oyentes de este tiempo.