Central se trajo un punto de Córdoba, que según desde la perspectiva que se analice es positivo y negativo. En el juego, el Canalla quedó en deuda, no pudo encontrar inspirados a sus mejores intérpretes, en el complemento no pagó caro los errores porque los palos fueron aliados del elenco rosarino, que sumó para seguir en puestos de clasificación en la Sudamericana.
Si tenemos en cuenta el historial de derrotas cuando sale de Arroyito y la necesidad de puntos que tiene el equipo de Miguel para cumplir con el objetivo de clasificar a alguna copa continental del 2024, el empate no es mal negocio, porque en otras instancias hubiera perdido y se complicaría en sus ambiciones.
Queda claro que el rendimiento fue ineficiente, a diferencia de otros partidos en condición de visitante, intentó ser un equipo corto, defendió con fiereza, pero no pudo hacer funcionar el tridente de buenos jugadores Malcorra-Lovera-Campaz y se quedó huérfano en la zona caliente.
La titularidad de Cervera, a esta altura del torneo es insostenible, aporta muy poco, no se lo encuentra y los hombres que manejan la pelota en Central no lo tienen como una referencia de área.
Instituto no jugó cómodo, eso es mérito del equipo de Miguel, inclusive estaba vez el Canalla tuvo de aliado a los postes, primero el derecho cuando remató Martínez y después el travesaño, en el remate de Rodríguez.
El conjunto de Arroyito no encontró pequeñas sociedades, Lovera intentó por la derecha pero no pudo asociarse con Malcorra, ni este con Campaz y quedó lejos O’Connor. Además, parecía que tenía uno menos en ofensiva, con la falta de protagonismo de Cervera.
Fue tan pobre el primer tiempo, que casi que no hubo jugadas de peligro en los arcos y los arqueros fueron espectadores de lujo.
Punto que sirve para Central, porque sigue metido en el lote de los equipos que clasifican en la Copa Sudamericana, y está a tiro del último que estaría entrando en la Libertadores (sólo a un punto de Godoy Cruz).
El Canalla depende demasiado de Malcorra y Campaz, el juego colectivo es deficiente desde la salida de Veliz, y en esta curva final empieza a verse la conducción del experimentado entrenador, sabe que hay que sumar, con concentración, acertando jugadas y cometiendo la menor cantidad de errores posible.