«Un lugar inaccesible donde es difícil conseguir las necesidades básicas». La dramática imagen de Gaza la cuenta el embajador Leonardo Visconti di Modrone, gobernador general de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro. Conoce bien los acontecimientos de Tierra Santa porque una de las principales tareas de la institución eclesiástica de la que forma parte es ayudar a la Iglesia católica en esa atormentada parte del mundo, en particular apoyando al Patriarcado Latino de Jerusalén. “A la ciudad – explica – no es posible llevar alimentos, agua o medicinas”. Una catástrofe humanitaria.
Los cristianos, cuando pueden, huyen. Visconti di Modrone afirma que muchos se han reunido al norte de Gaza: «500 en la parroquia latina de la Sagrada Familia, otros 400 en la parroquia ortodoxa. Lo hicieron porque en el sur no hay instituciones cristianas preparadas para acogerlos y el suministro de ayuda humanitaria es aún más complicado». Entre estos cristianos hay también una veintena de ancianos y unos sesenta niños, algunos de los cuales están discapacitados y no pueden moverse.
Hay una razón por la que los cristianos huyeron al sur. “Es una elección que responde al deseo de mantener viva la presencia cristiana en Gaza, pensando sobre todo en el futuro”, afirma el gobernador. Quien tampoco duda en resaltar una paradoja fundamental en el mecanismo de ayuda a la población: «En realidad no hay problema en encontrar dinero, está ahí y también se puede aumentar. La verdadera dificultad es la distribución de bienes a la población».
Mientras, la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén no se desanimó, no se dejó abrumar por el miedo. Inmediatamente activó a todos sus miembros, especialmente a los estadounidenses que representan casi la mitad del total. «Inmediatamente se puso en funcionamiento una red de solidaridad – revela el gobernador – aprovechando también nuestra Comisión para Tierra Santa, que está en contacto diario con la administración del Patriarcado Latino de Jerusalén. Para cubrir los gastos recurriremos al fondo de ayuda humanitaria, uno de los fondos principales y sustanciales de nuestro presupuesto». Y, si fuera necesario, también se activarán otras formas de recaudación.