Dirigentes de más de 30 países reunidos este sábado en Egipto instaron a un alto el fuego «inmediato» en el nuevo conflicto entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas, llamaron a proteger a los civiles y pidieron «reactivar» el proceso de paz en Medio Oriente, aunque las discrepancias en sus posiciones impidieron que la cumbre terminara con una declaración conjunta.
«Condenamos los ataques contra todos los civiles», dijo el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, en la apertura de la llamada Cumbre de la Paz, a la que convocó tras el recrudecimiento de la violencia por la incursión de Hamas en territorio israelí hace dos semanas y los bombardeos en represalia sobre la Franja de Gaza.
«Insto a trabajar juntos para alcanzar un consenso sobre una hoja de ruta para poner fin a la actual tragedia humanitaria y reactivar el proceso de paz», indicó el anfitrión del encuentro que se desarrolló en la Nueva Capital Administrativa, al este de El Cairo, y que reunió a representantes de varias de las potencias occidentales y de los países árabes.
«¿No es el momento para buscar soluciones para las crisis en Oriente Medio?», preguntó el mandatario del país que es el histórico mediador entre Israel y Palestina.
La cita, sin embargo, culminó sin un comunicado conjunto por las diferencias entre países árabes y europeos.
Las negociaciones tropezaron porque surgieron desacuerdos sobre la expresión «el derecho de Israel a la autodefensa», la condena a Hamas por parte de los países árabes y el «llamado a la liberación de los rehenes» que pidieron los occidentales.
Por eso, la cumbre concluyó con un comunicado de la presidencia egipcia en el que cuestiona «una comunidad internacional que puso de manifiesto en las últimas décadas su incapacidad para encontrar una solución justa y duradera a la cuestión palestina».
Previamente, durante su participación, el secretario general de la ONU, António Guterres, consideró que hay que «actuar ahora para poner fin a esta pesadilla», y pidió un «alto el fuego humanitario» a dos semanas de iniciada la actual escalada de violencia.
«Los habitantes de la Franja de Gaza necesitan mucho más, es necesaria una entrega masiva de ayuda», añadió Guterres, después de que 20 camiones con asistencia humanitaria entraran este sábado al enclave desde el único paso fronterizo que tiene con Egipto.
Los palestinos del enclave están privados de agua corriente, luz y combustible tras el asedio impuesto por Israel en respuesta a la ofensiva de Hamas del pasado 7 de octubre.
El rey de Jordania, Abdullah II, también pidió el «fin inmediato» de la guerra e instó a acelerar la entrega de suministros humanitarios a Gaza.
Según el rey, es necesario detener la catástrofe humanitaria «que está llevando a la región al abismo».
«Rechazamos categóricamente el desplazamiento forzoso de palestinos, que es una línea roja para todos nosotros», enfatizó el líder del país que tiene fronteras con Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, defendió el reconocimiento de dos Estados, Israel y Palestina, como solución al conflicto, y urgió a proteger a «todos los civiles» afectados por la nueva guerra.
«Lo que necesitamos hoy es proteger a todos los civiles. Repito, proteger a todos los civiles: aquellos que son mantenidos como rehenes (por Hamas) y que necesitan ser devueltos con sus familias y los que están sufriendo el horror en Gaza», demandó en su intervención.
Sánchez precisó que «la única manera» de conseguir esto es «mediante más ayuda humanitaria y un alto el fuego» junto al «esfuerzo» de la comunidad internacional por «sentar las bases de dos Estados, Israel y Palestina, que se respeten mutuamente y coexistan en seguridad y paz».
A su turno, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, advirtió contra el desplazamiento forzado de los palestinos que residen en la Franja de Gaza.
«Advertimos contra los intentos de trasladar a nuestro pueblo de Gaza más allá de sus fronteras», dijo y agregó que la paz y la seguridad en la región se establecerán «una vez que se creen dos Estados».
«No nos iremos» de las tierras palestinas, repitió Abbas, que junto a Egipto y Jordania se opone desde hace días a la orden israelí de evacuar a los gazatíes del norte de la Franja hacia la zona sur.
Latinoamérica estuvo representada por el canciller de Brasil, Mauro Vieira, quien aseguró que «no hay ganadores» en esta guerra.
«La esperanza es que se tome conciencia de que ha llegado el momento de poner fin a este derramamiento de sangre y a esta guerra, que en última instancia afecta a todos», afirmó.
El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Faisal bin Farhan, pidió por su parte presionar para que Israel «respete el derecho internacional».
«Pedimos a la comunidad internacional que adopte una postura firme para obligar a Israel a respetar las leyes internacionales», declaró el canciller, que antes de esta nueva guerra avanzaba en normalizar relaciones diplomáticas con Tel Aviv.
En tanto, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, solicitó «hacer todos los esfuerzos posibles para mediar» y «lograr una solución de dos Estados».
El dirigente dijo que la institución de la Unión Europea condena los ataques de Hamas y confirmó el derecho de Israel «a la autodefensa, pero dentro del marco del derecho internacional».
Estados Unidos, China y Rusia también participaron de la cumbre a través de sus enviados nombrados especialmente para coordinar los trabajos diplomáticos ante la nueva escalada de violencia.